Son muchos los factores que intervienen en el nivel de efectividad y productividad de un entrenamiento o una sesión de deporte.

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Son muchos los factores que intervienen en el nivel de efectividad y productividad de un entrenamiento o una sesión de deporte. El nivel de cansancio físico, la calidad del sueño e incluso el estado anímico pueden influir. Pero si hay uno de estos aspectos sobre los que podemos incidir directamente para mejorar nuestro rendimiento, es el calentamiento.

Aunque a veces se vea como una pérdida de tiempo, el calentamiento es justo lo contrario. Juan Rabal, educador físico (nº de colegiado 56.959), apunta que con un buen calentamiento se empieza la sesión principal de entrenamiento «con un mejor nivel» y así se puede «sacarle más partido». «Ver el calentamiento como un ejercicio que no sirve para entrenar es un error».

Esta lógica se aplica a cualquier tipo de deporte, sea una sesión de entrenamiento de fuerza o simplemente salir a hacer una ruta con la bicicleta o a correr. El primer paso es focalizarse en la tarea que vamos a realizar y mentalizarnos sobre la sesión que nos toca. «Sería ponerse ‘manos a la obra’ y no empezar la actividad física despistados», explica Juan.

Una vez que ya nos ha quedado clara la importancia de calentar antes de hacer cualquier tipo de ejercicio, es importante tener una serie de conocimientos básicos que nos permitan armar un calentamiento adaptado a nuestro ejercicio. No es necesario que exceda los 10-15 minutos. Juan Rabal nos da una serie de claves para poder realizar un calentamiento completo:

  • Movilizar las articulaciones. No es necesario hacer estiramientos estáticos, si no buscar amplitud de movimiento.
  • Activar de manera más específica los grupos musculares que vamos a utilizar y que tendrán una mayor implicación.
  • Prestar especial atención a la musculatura que estabiliza la columna: el complejo abdominal y la musculatura lumbo-pélvica. Es importante activar este conjunto ya que conecta nuestras extremidades inferiores con las superiores.
  • Subir la temperatura corporal y poco a ir incrementando la intensidad de los ejercicios del calentamiento y así prepararnos cardiovascularmente para el esfuerzo posterior.
  • Ir siempre de lo más general a lo específico, sin olvidarnos de la sesión que nos espera por delante.

Con estos consejos, ya puedes organizarte tu propio calentamiento atendiendo a tu nivel físico, el deporte o ejercicio que vas a realizar y tus necesidades más específicas. Y ya sabes, ¡nada de saltarse este paso tan importante!