Relevo en la Iglesia Católica

Los papas catalanes que conquistaron el poder en el Vaticano: luces y sombras

Una familia de origen valenciano tuvo a dos de sus miembros proclamados como papas en apenas medio siglo; su paso por la Santa Sede no sembró indiferencia

La basílica de San Pedro, en el Vaticano. | Foto: JEROME CLARYSSE

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En tiempos de cónclave en el Vaticano, algunos recuerdan a los Borja, una familia noble valenciana que dio dos papas en apenas medio siglo: Alfonso de Borja y Rodrigo de Borja. Estos personajes históricos llevaron el catalán, en su variante valenciana, hasta lo más alto del poder vaticano, pero su legado es controvertido. Esta es la historia de la polémica dinastía catalana en la Santa Sede.

Los Borja eran originarios de la localidad valenciana de Canals. Su ascenso comenzó con Alfonso de Borja, que fue elegido papa en 1455 con el nombre de Calixto III. Durante su breve pontificado de 3 años, nombró cardenales a dos de sus sobrinos, sentando las bases del poder familiar.

Uno de esos sobrinos era Rodrigo de Borja, que acabaría siendo elegido papa en 1492 con el nombre de Alejandro VI. Su largo pontificado de 11 años estuvo marcado por la controvertida alianza con los Reyes Católicos de España, el nepotismo y los escándalos.

Defensor de la cristiandad

Entre los logros de los papas Borja, se suele destacar que Calixto III fue un gran impulsor de la cruzada contra los turcos tras la caída de Constantinopla. También se le atribuye el mérito de haber rehabilitado a Juana de Arco, una de las santas patronas de Francia conocida como defensora de la nación francesa por su papel en el asedio de Orleans, y su obstinación en coronar al rey Carlos VII de Francia durante la Guerra de los Cien Años.

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Por su parte, Alejandro VI es recordado por el apoyo que brindó a los Reyes Católicos, con decisiones como la bula Inter caetera que repartió las tierras del Nuevo Mundo entre España y Portugal. También destacó como mecenas de las artes, embelleciendo Roma.

Sombras de los papas Borja

Sin embargo, las sombras de los Borja son alargadas. Se les acusa de nepotismo desmedido, por entregar capelos cardenalicios, ducados y privilegios a familiares y allegados. La corte papal de Alejandro VI era conocida por su fastuosidad y libertinaje.

Los hijos de Alejandro VI, en especial César y Lucrecia Borja, han pasado a la historia por sus intrigas, crímenes y escándalos sexuales. Algunos historiadores creen que las acusaciones están exageradas por propaganda de sus enemigos, pero sin duda dejaron una oscura huella.

Lo cierto es que la fama de los Borja se extendió por toda Europa, para bien y para mal. Sus descendientes entroncaron con las familias reales y nobles, y controlaron feudos en Italia. Pero su recuerdo también provocó un sentimiento antiespañol y anticatalán en muchos italianos.

La fascinación por los Borja ha inspirado numerosas obras literarias, desde las contemporáneas Memorias históricas de Francesco Guicciardini hasta la reciente novela Los Borgia de Mario Puzo. También han dado lugar a múltiples películas, series y obras de teatro. En resumen, los papas Borja, Calixto III y Alejandro VI, dejaron una huella indeleble en la historia del Papado y de España. Su legado combina logros y escándalos, luces y sombras, casi a partes iguales.