Había reservado un lugar a su diestra para Cayo Silio, y éste fue ocupado por Menerstra, el cual parecía avenirse bien con el papel de segundón que de un tiempo a entonces venía ocupando en el interés de la veleidosa emperatriz Mesalina. Para los ojos extraños, la fiesta había sido completa del principio al fin. Vestidos con las túnicas ligeras que se les había preparado en el palacete, tendidos sobre los divanes, el Nomenclator o maestro de ceremonias, al retirarse, dio paso a las primeras fuentes de viandas.
En enormes fuentes de plata aparecieron lirones bañados en miel. En parrillas de plata humeaban los embutidos rodeados de purés hechos de ciruelas y pasas de Corinto. Se veían también gallinas modeladas de hojaldre, con nidos de hierbas aromáticas y conejos de bosque con alas de ganso. Y en un estanque en miniatura, un recipiente de plata en donde había lampreas condimentadas con especias, huevos con ensaladilla de pasta de caracoles, ancas de rana y jabalí asado...culminando con platos de dulces…»
Este texto pertenece a la novela Mesalina, obra de Hellen H. Maclean, escritora escocesa, seguidora de las temáticas de Graves y poco conocida fuera del ámbito anglosajón. Recordemos que Valeria Mesalina (Hacia los años 22 a 48) fue la tercera esposa del emperador romano Claudio. Madre de Octavia, que sería esposa de Nerón y de Británico. Célebre por su crueldad y su ascendiente ejercido sobre su débil marido. Éste la hizo ejecutar al enterarse de que había contraído nupcias secretas con Caius Silius. Yendo a la receta, tomamos una de las más sencillas, más actualizada, sin la complejidad de las otras que se nos sugiere en esa narrativa.
Portada del libro ‘Mesalina’.
Veamos como prepararla: Preparamos un cuarto de kilo de ciruelas pasas, troceadas, quitándoles la semilla y cubrirlas con agua para ponerlas a cocer junto con tres o cuatro zanahorias troceadas y una cucharada de miel. Cuando estén bien cocidas y el agua se haya consumido, triturarlas. Luego, en cazo aparte, cocemos cien gramos de pasas de Corinto y dos pares de nabos, pelados y machacados, junto con una cucharada de mantequilla y un poco de sal.
Finalmente, un una sartén, freímos, en media cucharada sopera de manteca de cerdo, los embutidos, pudiendo ser, éstos, salchichas, morcillas de arroz o de cebolla, butifarra... que serviremos en una fuente, con los dos purés alrededor.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.