Shakshuka: el desayuno especiado que conquista el mundo

Aunque su nombre exótico puede sonar intimidante, la shakshuka es uno de esos platos que, tras el primer bocado, se sienten tan reconfortantes como una buena tortilla de patatas

Shakshuka: el desayuno especiado que conquista el mundo

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Esta semana cogí la inspiración de un plato de ‘brunch’… Aunque su nombre exótico puede sonar intimidante, la shakshuka es uno de esos platos que, tras el primer bocado, se sienten tan reconfortantes como una buena tortilla de patatas. Originaria del norte de África, probablemente de Túnez, esta receta sencilla y supersabrosa ha cruzado fronteras y conquistado corazones desde el Magreb hasta Manhattan. Su nombre significa ‘mezcla’ en árabe, y eso es precisamente lo que es: una mezcla vibrante de tomate, pimientos, cebolla, ajo y especias, coronada con huevos escalfados directamente en la sartén.

Adoptada con entusiasmo por Israel a mediados del siglo XX, la shakshuka se convirtió en un desayuno nacional, aunque también se disfruta como almuerzo o cena ligera. En la actualidad, la podemos encontrar en menús de brunch de medio mundo, desde Londres hasta Palma. En su forma más tradicional, se cocina con comino y pimentón, pero cada país e incluso cada casa tiene su propia versión. En Marruecos se aromatiza con harissa, una pasta picante de guindilla; en Libia, se le añade patata; en Turquía se sirve con sujouk (salchicha picante); y en Tel Aviv, se encuentra con queso feta, espinacas o berenjena.

En Mallorca, ya hay varios locales que ofrecen shakshuka. Sin embargo, también se puede preparar en casa con facilidad y en menos de media hora. Aquí os dejo una receta básica para dos personas:

Shakshuka, paso a paso

Ingredientes: 1 cebolla mediana, 1 pimiento rojo, 2 dientes de ajo, 4 tomates maduros (o una lata pequeña de tomate triturado), 1 cucharadita de comino molido, 1 cucharadita de pimentón dulce o picante (según gusto), sal, pimienta y aceite de oliva, 2 a 4 huevos, cilantro o perejil fresco para decorar.

Preparación: Pica finamente la cebolla, el pimiento y el ajo. Sofríe todo en una sartén amplia con un buen chorro de aceite de oliva, a fuego medio, durante unos 10 minutos, hasta que esté tierno y fragante. Añade las especias y remueve bien. Incorpora los tomates rallados o triturados y cocina a fuego lento unos 15 minutos, hasta que la salsa espese. Haz pequeños huecos en la salsa con una cuchara y casca un huevo en cada uno. Tapa la sartén y deja que los huevos cuajen durante 5 minutos (menos si te gustan con la yema líquida). Sirve inmediatamente, espolvoreado con hierbas frescas y acompañado de pan crujiente o pita caliente.