Emily Brontë, ‘Cumbres borrascosas’ y una tarta de frambuesas

Tarta de frambuesas

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Yo estaba toda enharinada al haberme ocupado en preparar la tarta (de frambuesas). Después de hacer de doncella de la recién llegada, y de meter en el horno mis pasteles y de alegrar la casa y la cocina con grandes fuegos dignos de una Nochebuena, me dispuse a sentarme y a entretenerse cantando villancicos yo sola.

Sin atender a los dictámenes de Joseph. Que afirmaba que las alegres melodías que yo elegía eran casi canciones profanas. En tales circunstancias volví a quedarme sola y percibí el rico aroma de los condimentos de los guisos y admiré los utensilios de cocina brillantes y el reloj bruñido, en medio de la mesa, adornado de acebo.

Las jarras de plata colocadas en una bandeja, dispuestas para llenarse de cerveza caliente con especias, para la cena, y fundamentalmente, la pureza impoluta de lo que más cuidaba yo, el suelo fregado y bien barrido... De todos modos, el pastel y el queso de Heathcliff se quedarían en la mesa toda la noche para las hadas

El texto pertenece a la obra Cumbres borrascosas, de Emily Brönte (1810-1848), publicada en 1847, la única novela de la escritora británica. De aguda sensibilidad poética, acusado romanticismo y dramatismo gótico, consiguió que la obra citada fuera considerada una de las obras maestras de la literatura en lengua inglesa.

Veamos ahora esa tarta de frambuesas. En una fuente mezclamos trescientos cincuenta gramos de frambuesas frescas con cien de azúcar y una cucharada de maicena, y llevamos esta preparación a horno fuerte hasta que espese.

Luego tomamos un bol de tamaño mediano donde vertemos cien gramos de harina, una cucharadita de levadura, sal y veinticinco gramos de azúcar. Lo ligamos bien y le agregamos veinticinco gramos de mantequilla, con todo lo cual obtenemos una pasta, que regamos con un decilitro de leche y removemos el conjunto, lo más uniforme posible, bien amasado y bien suave.

Con ello formamos un rectángulo y con quince gramos más de mantequilla derretida pincelamos la masa; espolvoreamos con cincuenta gramos más de azúcar y una cucharadita de canela en polvo. Cortamos la masa en tiras, hacemos rollos con las mismas y los colocamos formando una corona en la fuente de las frambuesas. Llevamos la tarta al horno durante unos diez minutos.