A medida que la primavera da paso al verano, los mercados de Francia se llenan de cerezas brillantes y jugosas. Y con ellas llega uno de los postres más queridos del país: el clafoutis, una tarta rústica a medio camino entre un bizcocho y un flan, originaria de la región de Limousin, en el centro de Francia.
El clafoutis aux cerises tradicional se prepara con cerezas sin deshuesar, ya que se dice que los huesos intensifican el sabor almendrado del postre. Estas frutas se colocan en una fuente y se cubren con una masa muy sencilla de huevos, harina, azúcar y leche -a veces enriquecida con nata o perfumada con un toque de licor de cereza (kirsch). Al hornearse, se forma una capa dorada por encima, mientras que el interior queda suave y cremoso. Se sirve tibio, con un poco de azúcar glas.
Como muchos clásicos franceses, el clafoutis nació de la cocina de campo: sencilla, de temporada y muy reconfortante. Su nombre proviene del occitano clafir, que significa ‘llenar’, en referencia a cómo la masa envuelve generosamente la fruta.
Francia no es el único país que celebra así el inicio del verano. En Alemania existe el Kirschmichel, una especie de pudin con cerezas y pan. En Hungría se hornea el meggyes piskóta, un bizcocho ligero con cerezas, y en Croacia, muchos recordamos los veranos con un bizcocho de cereza similar al clafoutis, servido como merienda o postre. Incluso el Eton Mess inglés, aunque muy distinto en textura, comparte esa alegría estacional de los postres con frutas frescas.
La magia del clafoutis está en su versatilidad. Cuando se acaba la temporada de cerezas, se puede hacer con albaricoques, ciruelas o incluso higos. Técnicamente, si se cambia la fruta ya no es un clafoutis, sino un flognarde, otro bonito término culinario francés.
Clafoutis de cereza, paso a paso (4-6 porciones)
Ingredientes: 400 g de cerezas frescas (con o sin hueso), 3 huevos, 100 g de azúcar, 1 cucharadita de extracto de vainilla, 80 g de harina, 250 ml de leche entera, una pizca de sal, mantequilla para engrasar, azúcar glas para decorar
Preparación: Precalienta el horno a 180°C. Unta con mantequilla una fuente para horno. Distribuye las cerezas en el fondo. En un bol, bate los huevos con el azúcar hasta que la mezcla esté clara. Añade la vainilla, la harina, la sal y la leche, y mezcla bien. Vierte la masa sobre las cerezas. Hornea durante 35-40 minutos, hasta que esté dorado y cuajado en el centro. Deja enfriar un poco y espolvorea con azúcar glas.
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