Máximo Gorki, Tomás Gordeiev y un entrecot al estilo de Georgia con anchoas

Sopa de letras

El entrecot, que nació en la República soviética de Grusinia | Foto: Miquel Ferrà i Martorell

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Todos acababan de sentarse a la mesa y miraban con avidez los entremeses que la cubrían y el inmenso esturión de dos metros de largo colocado en el centro, adornado de verdura y de gruesos cangrejos. Trofin Zubov anudaba su servilleta alrededor del cuello y miraba el pez monstruoso con ojos atónitos, diciendo a su vecino, el molinero Iona Iuchkov, que el gran pez parecía un tiburón. Iona, un hombrecillo redondo, tendía la mano con mil precauciones hacia un cubo de plata, lleno de caviar fresco, se limpiaba los labios y echaba miradas ansiosas hacia las botellas alineadas delante que temía derribar.

Una media barrica de viejo vodka, traído a todo coste de Polonia, estaba colocada frente a Kodonov sobre un trípode. Una cubeta gigantesca con aros de plata, contenía las ostras, y por encima de todo se elevaba un enorme pastel en forma de torre. Kodonoc animaba entones a la gente a servirse con lo que más les gustase y que lo había mandado poner todo sobre la mesa para que cada cual escogiera. Lo que fuera. ¿Caracoles? ¿Mariscos? También recomendaba las anchoas...». Este texto corresponde a la novela de Máximo Gorki titulada Tomás Gordeiev. Utilizaba dicho seudónimo Alexei Maximovich Pechkov (Nijni-Novgorod, 1868-Moscú, 1936), considerado el iniciador de la escuela soviética del realismo socialista. De origen muy humilde fue un claro ejemplo de formación autodidacta. Al estallar la Primera Guerra Mundial sirvió en la Cruz Roja rusa. Describe, en su obra, con crudeza, la miseria de las clases bajas en la Rusia de los zares.

Máximo Gorki.

Pero vayamos a ese entrecot que nació en la República soviética de Grusinia: Descongelamos un paquete de pasta de hojaldre y procedemos a preparar la mantequilla, unos ochenta gramos, con dos cucharaditas y media de pasta de anchoas y la sazonamos con unas gotas de zumo de limón y algunas otras de salsa al estilo Worcester, Aplastamos un entrecot de unos cuatrocientos gramos y con un cuchillo le abrimos el nervio. Luego calentamos cuatro cucharadas de aceite en una sartén y cuando esté bien caliente rehogamos la carne por cada lado. Al enfriarse, lo untamos con la mantequilla de anchoas. Envolvemos en entrecot en la pasta de hojaldre que untamos con yema de huevo, Sólo nos falta hornearlo,