Nacido en Tianjin, inmensa ciudad portuaria con más de 10 millones de habitantes en el noreste de China, el chef Shi Pu Wang pasó unos años en Menorca y en 2012 recaló en Mallorca donde inició su aventura como empresario, primero con el restaurante Kirin, que sigue con buena salud y, posteriormente, con Hemudu, uno de los referentes de la comida del gigante asiático en la isla. Wang llegó con un amplio bagaje –tres años en Frankfurt y otros cinco en Madrid–, y varios reconocimientos de alto nivel en su país: medalla de oro en el Campeonato Mundial de Cocina China en 2010 y 2018, y dos veces galardonado por la World Federation of Chinese Catering Industry.
Ubicado en la calle Rubén Dario, junto al paseo de Mallorca, Hemudu es un local elegante de colores suaves en su decoración, buen servicio y cocina acristalada a la vista en la que se puede contemplar con nitidez cómo preparan los encargos.
La carta es amplia y atractiva, con una escogida selección de platos de mar: almejas, lubina al vapor, merluza crujiente agridulce, calamares salteados con salsas varias, y algunos con gambas –tanto rebozadas como en salsa de trufa– verdaderamente notables.
Los platos de carne resultan globalmente apetecibles (rabo con setas chinas, ternera con puerros, tacos de solomillo con nueces, ternera Angus con pimienta, pierna de cordero con comino), y en algunos casos se atreven a maridarlos con productos españoles, como la pluma y el secreto de cerdo ibérico, con buen resultado. Muy bien logradas sus elaboraciones de pato, tanto al estilo pequinés como el crujiente ahumado en té o el cantonés. El laqueado, deshuesado y troceado que tomamos, con tortitas, láminas de cebollino, pepino y salsa hoisin, estaba tierno y jugoso (28 euros).
Para quienes prefieran una oferta cerrada, hay un par de interesantes alternativas, ambas con idénticos entrantes: rollitos (pollo y mango fresco, y langostinos), troceados y bien crujientes; arroz con trufa o tallarines con gambas; y como segundos: pollo campero con nueces; ternera con trompetillas negras; gambas salteadas o chop suey de verduras (38 euros para dos comensales); el otro menú, propone lubina, solomillo con trufa, calamares con salsa de judías negras y pato (50 euros para dos).
Entre semana, su menú de medio día es sugerente, generoso y casi imbatible. Por 16,8 euros –agua y café incluidos– puede elegirse ensalada de gambas, rollitos de mango y pollo, sopa agridulce o wantun frito, con arroz, fideos con curry o tallarines fritos con gambas; y como principal, solomillo de ternera al estilo chino con pimienta; cerdo ibérico con salsa agridulce; gambas de diferentes estilos; ternera con salsas variadas; pollo campero con diversos salteados; merluza con salsa picante o bambú y setas, o incluso pato al estilo pequinés.
Rollito troceado de gambas.
Suculento pato pequinés
Rollo de mango con pollo.
Algunos de sus postres son bastante originales, como el brownie con mousse de Baileys o la tarta de Oreo con crema de queso y leche dulce.
Notable su oferta de vinos a buen precio (12 Voltios a 39 euros, Aalto a 55, o –el más caro de su lista– Flor de Pingus a 142 euros. Interesante la selección de blancos (José Pariente, Louro…), así como los cavas (Agustín Torelló y Roure).
Hemudu sigue siendo una muy buena referencia de calidad para los amantes de la cocina china.
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