Pierre Loti y el Pulao de Madame Crisantemo.

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Pierre Loti (1850-1923), llamado originalmente Pierre Viaud, pasó su vida en largas estancias en todas las partes del mundo. Describió los países visitados y nos cuenta sus impresiones con gran riqueza colorista: «Las comidas de la señora Crisantemo, que toma el nombre de la planta compuesta, originaria de China, de hermosas flores multicolor, son algo sorprendente. La cosa comienza por la mañana, al despertarse, por dos pequeñas ciruelas pasas verdes de los setos, confitadas en vinagre y cubiertas de azúcar en polvo. Una taza de té completa este desayuno casi tradicional en el Japón… En casa de Madame Prune donde estas cosas se cocinan, se les pone sobre una bandeja de laca roja, en pequeñas tazas, conteniendo un pardillo picado, un camarón relleno, una alga en salsa, un bombón salado, un pimiento azucarado… Pero lo que no cambia nunca, ni al norte ni al sur del imperio, es el postre y el modo de comerlo, que es traído en una cuba de madera con cercos de cobre, conteniendo hasta sus bordes arroz blanco cocido en agua pura que se toma con una salsa negra de pescado o marisco...».

Sea dicho que en aquellos lares el arroz ha sido reverenciado como fuente de vida y fertilidad y una leyenda japonesa afirma que fue la mismísima diosa del sol quien entregó al emperador sus sagradas plantas de arroz para que también los hombres pudieran saborear este manjar de dioses. Preparemos pues una de esas recetas del clásico pulao que no desmerece un punto de todo lo explicado.

En esta receta, sofreímos unos ciento cincuenta gramos de gambas peladas en aceite junto a una cucharadita de zumo de limón, agregándole pasado un minuto, una cucharada de perejil picado, otra de polvo de curry y un pellizco de cúrcuma, pimentón dulce y pimienta negra, igualmente molida. Cuando estén doradas las gambas las sacamos de la sartén y añadimos a ésta, media cebolla picada y ciento cincuenta gramos de arroz. Ponemos sal al gusto y cubrimos la mezcla con agua, dejándolo cocer durante unos diez minutos. Colocamos las gambas encima del arroz y seguimos con la cocción a fuego moderado otros diez minutos. Lo servimos caliente en una fuente de cerámica.