Publicado por Disset Edició, el cuidado recetario presenta un diseño minimalista y sugerente que facilita su consulta y cuenta con el trabajo conjunto de las tres autoras. Cada una ha desarrollado su campo de especialización: Caterina Valriu (centro) se ha encargado de la investigación y el apartado introductorio, Bàrbara Sagrera (derecha) de la fraseología; y Paula Valriu (izquierda) de la precisión y claridad en la descripción de las recetas tradicionales. | MONTSE RAMÍREZ

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Això era i no era, un mundo de fantasía y cultura popular, compuesto por historias que conservan formas de vida, usos y costumbres, y también recetas, que no deben caer en el olvido. Las autoras Caterina Valriu, Bàrbara Sagrera y Paula Valriu presentan La Cuina de les Rondaies Mallorquines d’en Jordi des Racó, editado por Disset Edició, un recetario que aúna 35 platos tradicionales, recogidos en la obra de Mossèn Alcover. Desde las suntuosas recetas de la taula del senyor rei, como escaldums de moltó i bou, capons farcits, porcella rostida o tortada reial, hasta los platos de los pobres, con el pan como alimento básico y esencial, o sopes, cuinat de faves o arròs de matances, el recetario incluye platos para todos los gustos y las ocasiones, pero va más allá de la cocina. «El libro pretende revalorizar la herencia popular y nuestras tradiciones. Muestra cómo los platos que comían nuestros antepasados son perfectamente elaborables hoy en día, además de ser muy gustosos y saludables. Asimismo, pone en valor el bello y profuso lenguaje de Mossèn Alcover y la riqueza narrativa conservada a través de los cuentos populares», afirma la catedrática de Filologia Catalana en la UIB, Caterina Valriu, ganadora del último Premi Mallorca de Creació Literària d’Assaig con su trabajo de investigación Les rondalles que l’Arxiduc no va publicar.

En las rondalles maravillosas, envueltas de magia y elementos sobrenaturales, es común que el hambre sea el detonante de la acción. «Ma mare, sa fam és massa mala de patir. He pensat d’anar a trescar món, veiam si enlloc trobaré ventura per porer-vos socórrer», le dice Joan a su madre en la narración Tres fiïs de viuda. Tras el completo y ameno estudio introductorio de Caterina Valriu, en el que se muestra de qué forma se refleja la alimentación en las rondalles, el recetario presenta las 35 recetas, divididas en cinco primeros platos, 13 segundos y 17 dulces y postres, además de un espacio prioritario para el pan, el menjar de tots els menjars.

La llamativa portada del recetario.

Con la excepción de unos pocos cuentos, como por ejemplo Sa fia des sol i de sa lluna, que, con una detallada descripción, explican el modo de elaboración de cada plato, en las rondalles no aparecen las recetas pormenorizadas, sino que solo se mencionan. Por ello, otro trabajo ha sido el de revisar antiguos recetarios para plasmar el proceso y los ingredientes necesarios que, entonces, sí eran de kilómetro cero. «No hay ingredientes sofisticados. Es una cocina que sigue dos coordenadas: la primera es la naturaleza, lo que ofrece el medio en cada momento del año, tanto silvestre como cultivado. La segunda es la religiosa, ya que la comida está vinculada al calendario litúrgico y sus diferentes festividades», señala Caterina Valriu.

SANTANYI. PATRIMONIO. La casa popular, en torno a su nomenclatura y difcil proteccin.

Antigua cocina de Can Crestall (Santanyí) con todos los elementos tradicionales.

Con todo, este no es un recetario al uso, «no quería una fotografía de cada plato, no somos cocineras y hubiese complicado el proceso», explica Valriu. Así, se apuesta por un diseño más minimalista y sugerente, en el que la palabra prima sobre la imagen. A cada una de las recetas, calculadas para mesas de cuatro a seis comensales, le acompaña el fragmento de rondalla donde aparece originalmente mencionada, así como los apuntes de la filóloga especializada en fraseología Bàrbara Sagrera, que añade dichos, frases hechas o versos de canciones populares relacionados, esclarecedores incisos que enriquecen la obra. «Muchos productos y recetas descritas en las rondalles mallorquines formaban parte de la cotidianidad hasta hace poco tiempo. Por ello, el nombre de algunas de esas recetas y productos también aparecen en nuestra fraseología, creada a partir de imágenes y comparaciones del día a día. Pensamos que ofrecer este apunte podía resultar interesante, además de recordar y, por qué no, recuperar algunas de estas expresiones que todavía son tan útiles. En ocasiones, estas voces dicen más que un monólogo de diez minutos», razona Sagrera. La gastronomía también nos conecta con el pasado, «i, qui no ho crega, que ho vaja a cercar».