Foto de familia de organizadores y productores ayer por la mañana en el Palau de Congressos. | Teresa Ayuga

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En el año 2020 celebraron el evento de milagro. Fue un 1 de marzo y 13 días después llegó el confinamiento. En 2021 se suspendió y por fin este año se ha podido celebrar la VII edición de Catavinos FEVI, la feria del vino más importante que tiene lugar en Mallorca. El escenario elegido fue de nuevo el Palau de Congressos y ayer un total de 122 productores mostraron sus creaciones a un variado público de profesionales y aficionados que acudieron a la feria. Durante la jornada hubo una serie de actividades paralelas. José Pons, propietario del restaurante Can Costa, situado en Valldemossa, fue el mejor en el Concurso de Cata Ciega, donde tuvieron que descubrir seis vinos. Ganó 600 euros a gastar enCatavinos.

‘El vino en la actualidad: modernidad o tradición’ fue el título de la mesa redonda en la que participaron Araceli Servera, de Bodegas Ribas; Toni Pérez, de Gramona; Anna Rovira, de Capçanes; Miquel Gelabert, de Vins Gelabert; y Felipe Martín, de Figuero. Estos expertos hablaron sobre las nuevas tendencias en la viticultura, los nuevos estilos de elaborar el vino y también sobre si se debe volver a los orígenes o apostar cada vez más por las nuevas tecnologías.

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Los asistentes tuvieron la oportunidad de probar los productos de más de cien bodegas.

Recuperación

Bruno Murciano, Carlos Tierra y Javier Gil Pejenaute fueron otros protagonistas de la jornada. Ellos    opinaron sobre la recuperación de viñedos viejos en tres puntos de la geografía española: la región valenciana, Rioja alavesa y Aragón. Por último, Marisol Rubio, de Bodegas Piedad; Alejandro Van Lieshout, de Casa Rojo; y JoanRijoan Romero, de Democratic Wines; analizaron la importancia del márketing y las redes sociales    en el mundo del vino y los negocios de mercado a través de la marca.

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José Pons fue el ganador del Concurso de Cata Ciega.

Cuando fueron pasando las horas, el ambiente fue aumentando tanto de profesionales del sector que quisieron ver in situ la gran variedad de propuestas que se mostraron, como de aficionados que pagaron 25 euros y por ese importe podían probar algunos de sus vinos favoritos o descubrir otros nuevos.