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Noviembre es un mes en el que aparecen nuevas verduras y hortalizas de temporada al ser el periodo óptimo para su consumo como las acelgas, las espinacas, el repollo, la coliflor o el brócoli.

En el caso del brócoli, aunque podemos encontrarlo en los meses de septiembre y octubre en los establecimientos, la mejor época para consumirlo es durante otoño e invierno, pues es un alimento estacional que depende de las condiciones metereológicas de las zonas de cultivo.

Desde el punto de vista nutricional, el brócoli tiene gran relevancia al contener una importante cantidad de fibras, minerales, folatos y vitaminas, sobre todo del tipo C. Además, es fuente de potasio, que contribuye al correcto funcionamiento del sistema muscular y nervioso, tal y como explican en la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

Sin embargo, uno de sus grandes inconvenientes es el desagradable olor que desprende al cocinarse. Su aroma puede esparcirse por toda la casa pero, ¿cómo podemos evitarlo? Con algunos trucos sencillos no tendrás que volver a preocuparte por este intenso olor.

Una de las claves radica en la cocción, puesto que cuánto más tiempo esté cocinándose, más olor desprenderá, por lo que es esencial calcular bien el tiempo. Además, es importante dejar reposar este tipo de alimentos antes de cocinarlos durante, al menos, diez minutos.

Uno de los trucos consiste en introducir limón en la olla junto con el brócoli cuando el agua esté en proceso de ebullición. Prueba agregando dos o tres rodajas de limón y así conseguiras evitar que desprenda olor. Si no eres fan del limón, otra opción es utilizar vinage. Para ello, prueba a añadir un poco de vinagre blanco en la olla con agua hirviendo donde estés cocinando el brócoli o coloca una taza con este producto cerca mientras cocinas.