El horno puede ser un gran aliado para aquellas personas que no tienen buena mano con los fogones.

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Normalmente, las personas recién independizadas o los que se quedan solos unos días en casa y no han cocinado nunca, suelen recurrir a los típicos platos de pasta o arroz, fáciles y rápidos de hacer. Además, son las opciones más habituales para quienes no quieren hacer platos muy elaborados para una sola persona.

Sin embargo, quienes lleven en esta situación durante un largo periodo de tiempo, comprobarán que, al final, estas recetas acaban cansando. Así, se puede recurrir a una serie de recetas de supervivencia, igual de fáciles de hacer, pero que suponen una alternativa diferente a los macarrones y al arroz blanco con tomate.

La palabra sofrito suena a la típica cocina de los abuelos, por lo que puede dar la sensación de que es una receta compleja. Sin embargo, hacer un sofrito es rápido y sencillo: basta con trocear y dejar hacer en aceite cebolla, pimiento rojo, ajo, pimiento verde, calabacín, tomate u otros ingredientes, con la cantidad al gusto, añadiendo los que cada uno prefiera. El sofrito va a servir para darle un toque a cualquier carne o pescado, para no recurrir siempre a los típicos y secos filetes de lomo o a los filetes de pollo empanados.

También es posible comer sano y variado aunque no se tenga ni idea de cocina. Las ensaladas son un recurso perfecto para cuando se agoten las posibilidades de pasta y arroz. Obviamente, una ensalada de lechuga y tomate no dice mucho, pero se puede innovar y añadir a las ensaladas otros ingredientes que la hagan más atractiva: maíz, aceitunas, sobras de la carne o el pescado que se haya comido otro día, huevo cocido, legumbres, diferentes aliños...

La verdura a la plancha es otra de las opciones básicas para comer sano y nutritivo. Basta con calentar la plancha o, en su defecto, la sartén y dejar hacer las verdura que cada uno prefiera. Además de ser el acompañamiento perfecto para dar un toque diferente a la carne y el pescado, sirve también como plato único.

Por otro lado, un plato fácil de hacer, para el que apenas se necesitan ingredientes y que ofrece numerosas posibilidades son las tortillas francesas y los revueltos. Para hacerlos, basta con unos huevos y una sartén. Tanto a la tortilla como al revuelto se le puede añadir queso, pavo, champiñones, jamón, verduras o cualquier otro alimento, haciendo de estas una comida variada.

Por último, el horno puede ser un gran aliado para aquellas personas que no tienen buena mano con los fogones. En él se pueden cocinar todo tipo de recetas fáciles y rápidas. Quienes estén pensando en una pizza precocinada, pueden optar por hacer su propia pizza, con una barra de pan chapata partida en dos mitades y con los ingredientes favoritos de cada uno.