El ‘spring roll’, la tempura y los edamame en vaina. | Andrés Valente

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Si vamos con los ojos bien abiertos, aún podemos encontrar gangas en este mundillo tan abatido por la crisis. Los restauradores son conscientes de que la economía a pie de calle aún está por recuperarse. Pero mire por dónde, es precisamente en los restaurantes donde hay gangas.

En el japonés Ajisen-es Ramen en calle Padre Bartolomé Pou 6 (Tel:871-732796) hay precios no simplemente asequibles sino bien bajos. Y encima hay una generosidad que se transforma en raciones bien grandes. Y, cuando hemos comido de maravilla con un par de platos 10 en medio, la camarera anuncia un descuento veraniego del 10 por ciento. La generosidad se ve enseguida: la simpática camarera trae un platito de edamame al vapor, las alubias verdes de soja en vaina. Es una invitación de la casa. En otros restaurantes japoneses cobran 4 € por una ración que ni siquiera es tan grande como la de la foto. En los restaurantes japoneses siempre pido gyozas y fideos salteados porque son dos platos que conozco bien y sé de sobra cuándo vienen con fallos básicos.

Ahora entramos en los precios de saldo. Hay gyozas al vapor y otras que por la base están terminadas a la plancha. Las de la plancha vienen con un relleno de cerdo asado muy picado y un envoltorio de pasta blanda que es ideal para comer con los palillos y mojar en un ligero dip de salsa de soja y vinagre. Es un bocado excelente. Y miren la foto: hay ocho piezas y cobran 4,50 €. Es uno de las mejores gangas de los últimos años.

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Tienen un spring roll, pero no es el típico rollo de primavera. Se monta al momento y consiste en un crep grande con un relleno de langostino, pollo, sofrito y jengibre, todo finamente picado. Encima del relleno colocan dos langostinos pelados, de cabeza a cabeza, y una vez enrollado se fríe en aceite abundante y lo cortan en dos para que haya un langostino entero en cada mitad. Los mariscos salen tersos y sabrosos y vienen con una salsita de chili dulce que no hace falta para nada. No tuve que dar muchas vueltas para entregarle un 10.

Los fideos salteados y las ‘gyozas’ a la plancha.

Los fideos fritos con pollo son de los mejores que jamás he comido. Los ingredientes, incluyendo los brotes de soja y suculentas láminas de pollo, están perfectamente equilibrados y no hay ninguno que sea demasiado duro o blando. Y están realmente fritos, por lo tanto todo está lubricado con una fina capa de aceite. Es un 10 instantáneo y su precio es un increíble 4,80 €.

También comimos dos langostinos en un crocante tempura que cuestan 3,90 €. Cuando la camarera trae la cuenta, dice que hay un descuento del 10 por ciento y pagamos 24,66 € en lugar de 27,40 €.

Volveremos volando en otoño para probar sus fideos ramen, un plato más bien para el invierno que para el verano.