La sandía es una de las frutas de temporada en julio.

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El verano es una de las épocas doradas de la huerta en nuestro país, pues encontramos una gran abundancia y diversidad de verduras y frutas de temporada, sobre todo de hueso, las más esperadas, sabrosas y saludables por la gran cantidad de sustancias beneficiosas que contienen, como antioxidantes y vitaminas. Si además de temporada, las consumimos de proximidad y en comercios de barrio, estaremos contribuyendo a mejorar la maltrecha economía local y a reducir los gases de efecto invernadero. ¡Todo son ventajas!

•Albaricoque: Aromática, cremosa y dulce, el albaricoque es, además, muy fácil de comer. Sus colores delatan su riqueza en betacarotenos y otros antioxidantes, como vitaminas C, A y E. Su versión deshidratada, de la que disponemos todo el año, es una gran fuente de minerales, especialmente magnesio.

•Breva: Tenemos que ir despidiéndonos de las brevas, pues los higos ya están acechando en la higuera, uno de los poquísimos arboles capaces de dar dos cosechas al año. Y es que la breva no es más que un higo ‘inmaduro’ que se ha quedado aletargado hasta junio a la espera de madurar. Pero lo bueno se hace esperar y es breve, así que aprovechemos rápido de esta dulce fruta rica en potasio, magnesio, calcio y fibra.

•Cereza: Todavía tenemos todo el mes de julio para disfrutar de las deliciosas cerezas en todo su esplendor, sobre todo las de DO del Jerte, las más famosas de nuestro país. Además de riquísimas, tienen multitud de propiedades, como evitar la retención de líquidos y ser muy rica en potentes antioxidantes, como polifenoles y flavonoides, muy beneficiosos para mantener la salud cardiovascular.

•Ciruela. La ciruela es otra típica fruta de verano, pues se recolecta en temporada entre junio y agosto. Aunque existen muchas variedades, todas ellas comparten algunas cualidades, como es un gran poder antioxidante y antiséptico gracias a los antocianos que contiene y su capacidad para combatir el estreñimiento por su gran cantidad de fibra y la presencia de sorbitol.

•Melocotón: Hasta principios del otoño podremos disfrutar del melocotón, una de las frutas de hueso más populares. Es muy rica en betacaroteno o pro-vitamina A, fibra y potasio, lo que la convierte en una fruta diurética. Además, es muy digestiva y esta recomendada en caso de molestias intestinales.

•Melón. Con un 85% de agua, el melón es una de las frutas más hidratantes y refrescantes del verano. Esto, unido a su gran contenido en potasio, lo convierten en una fruta muy diurética. Además, es rica en betacarotenos y vitaminas C y B9, calcio, fósforo y magnesio.

•Nectarina: Al igual que su ‘primo’ el melocotón, contiene gran cantidad de betacarotenos, fibra y potasio tanto en sabor, lo que la convierte en una fruta diurética y depurativa.

•Paraguaya: Aunque sea un poco difícil de comer y de pelar, merece la pena esforzarse un poco debido a su exquisito sabor dulce y a la gran cantidad de propiedades que nos aporta la paraguaya, como provitamina A -muy beneficiosas para piel-, fibra y potasio.

•Pera: Aunque prácticamente podemos disfrutar de las peras en otras épocas del año, es ahora cuando están de temporada en regiones cálidas y en España están en todo su esplendor desde este mes. Su sabor suave y su gran cantidad de agua la convierte en una fruta ideal a cualquier edad y en caso de problemas de estómago. Es muy rica en agua.

•Plátano: Los plátanos están disponibles todo el año, una buena noticia teniendo en cuenta todo lo que nos aporta, especialmente potasio y magnesio y un poco más de azúcar que la media de las frutas, lo que la convierte en una fruta ideal para deportistas. Además, es muy digestiva y recomendable en casos de diarrea, acidez o reflujo.

•Sandía: La fruta que más asociamos con el verano es también la más recomendable, pues con más de un 90% de agua, es, sin duda, la más hidratante. Además, aporta gran cantidad de vitamina C y otros de antioxidantes, como los betacarotenos.

•Acelga: Adaptada casi a cualquier clima, la acelga la tenemos disponible casi durante todo el año. Una buena noticia si tenemos en cuenta las propiedades nutricionales que aporta, pues es muy rica en vitamina C, ácido fólico, vitaminas A, E y B y magnesio.

•Ajo: ¡Qué sería de la dieta mediterránea sin uno de sus condimentos culinarios más populares! Gracias a su facilidad para conservarse, están presentes en los supermercados todo el año, una suerte teniendo en cuenta las propiedades incluso medicinales que se le atribuyen desde la antigüedad, sobre su capacidad para combatir virus y reforzar el sistema inmunitario.

•Berenjena: La berenjena es, junto con el tomate y la lechuga, una de las verduras frescas que menos calorías tiene. Esto, unido a la gran cantidad de fibra que contiene la convierte en la verdura ideal para incluir en las dietas de adelgazamiento. Además, tiene una buena densidad mineral, sobre todo de potasio, y sustancias que simulan a la función de las estatinas, medicamentos utilizados para el control del colesterol.

•Calabacín: Encontramos esta suave y versátil verdura todo el año, pero suelen venir de invernaderos, pues su temporada natural es de junio a septiembre. Aunque lo norma es cómela cocinada, también puede incluirse cruda en ensalada, donde mantiene intactos su gran cantidad de micronutrientes, como ácido fólico, potasio, hierro o manganeso.

•Cebolla: Depurativa y protectora contra patógenos, versátil… merece la pena llorar un poco por todo lo que la cebolla nos da a cambio. Y, por suerte, gracias a que se conserva tan bien, la tenemos disponible casi todo el año.

•Judía verde: Verdura por fuera y legumbre por dentro, durante el verano las judías verdes están en su mejor momento, pues nos llegan directamente de la huerta, así que es el momento ideal para consumirlas y no renunciar a sus múltiples propiedades, como una gran cantidad de vitaminas distintas y su capacidad para luchar contra la diabetes y el colesterol.

•Lechuga: Ácido fólico, potasio, fibra y carotenos… todo esto, además de muchísima agua, hay detrás de la humilde lechuga, una verdura ideal para embarazadas y todos aquellos que quieran cuidar su alimentación y mantener a raya los kilos de más, pues también ayuda a evitar la retención de líquidos.

•Patata: Aunque debido a que se conservan muy bien durante meses la tenemos disponibles todo el año, es ahora cuando están más frescas y sabrosas. Además, a pesar de su mala fama, salvo fritas, son muy sanas y contienen multitud de propiedades, pues son saciantes gracias a sus hidratos de absorción lenta, muy ricas en vitaminas del grupo B, que cuidan de nuestro sistema nervioso, y magníficas para cuidar el estómago.

•Pepino: Aunque tienen fama de indigestos, lo cierto es que los pepinos son muy digestivos, además de ligerísimos. Además, aportan muchísimos nutrientes beneficiosos, como los esteroles, que ayudan a reducir el colesterol, y potasio, por lo que es muy depurativo y diurético.

•Pimiento: Los pimientos, sobre todo los rojos, son una de las verduras más ricas en vitamina C, además de en vitaminas E, A y betacarotenos. Al contrario de lo que se piensa, sin muy digestivos y protegen la mucosa intestinal. Además, ayudan a la función biliar.

•Remolacha: La remolacha -no la blanca, la azucarera- es todo ‘superalimento’ con multitud de propiedades, pues contiene muchos micronutrientes, como vitaminas del grupo B, ácido fólico, fósforo, hierro y yodo. Por todo ello, ayudan a combatir la aterosclerosis y favorecen la circulación sanguínea.

•Tomate: Aunque los tenemos en el súper todo el año gracias a los invernaderos, los tomates de huerta son una hortaliza de verano cuyos beneficios para nuestra salud son casi infinitos: rica en fibra, agua, varias vitaminas y minerales como potasio, fósforo o magnesio... Aunque si tuviéramos que destacar algo sería el licopeno que contiene, un potente antioxidante que es más activo cuando se consume triturado que entero, como en el gazpacho.

•Zanahoria: Su intenso color naranja delata su alto contenido en betacarotenos, un antioxidante que es un gran aliado de la vista y de la salud de la piel y las mucosas. Además, esta suave hortaliza es digestiva, dulce, versátil y les encanta a los niños.