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Probablemente sean los últimos días en los que aún se puedan encontrar tomates decentes en el mercado ahora que hemos dicho adios al verano.

Para los que amamos este fruto son días de consumirlos como si no hubiera un mañana, de ahí que lleguemos a perder la medida a la hora de preparar platos como el trempó.

Si hemos alargado demasiado las cantidades y nos ha quedado un táper de un día para otro, coincidiremos que el exceso de macerado en su aliño lo hará no tan gustoso para comer tal cual, pero sí para deleitarse sobre una coca en formato aperitivo.

Ingredientes para 4 coquitas
  • 2 tazas de trempó (ya aliñado)
  • 1/4 de taza de agua
  • 1/4 de taza de aceite de oliva virgen extra
  • Harina
  • Sal
  • 4 aceitunas negras de calidad

Encendemos el horno para precalentar a 190º.

En un lebrillo introducimos el aceite de oliva virgen extra, el agua y una pizca de sal. Al tiempo que removemos circularmente con un tenedor de madera, vamos añadiendo poco a poco harina. Cuando la masa forme una pelota en torno al tenedor y no esté pegajosa al tacto, la masa estará lista.

Dividimos la masa en 4 partes. Engrasamos la lata de horneado - o las 4 individuales si tenemos- y procedemos a extender dejando unos centímetros de separación entre una y otra cada bola de masa. Lo haremos con las yemas de los dedos, presionando hasta conseguir una base finita, pero lo suficiente gruesa como para aguantar el peso del trempó.

Introducimos en el horno durante unos 10 minutos para evitar que la base se humedezca en exceso y nos quede una coca extra crujiente.

Cubrimos con el trempó bien escurrido (no va de más estrujarlo un poquito con las manos), coronamos con la aceituna negra cada una de las coquitas y devolvemos al horno durante unos 20-30 minutos más o hasta que los bordes empiecen a tostarse.