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Si nos encontramos con unas peras demasiado maduras como para disfrutarlas tal cual, podemos considerar hacer con ellas algún dulce, ya sea para postre como golosina de media tarde.

En este caso, se nos habían pasado irremediablemente dos piezas, por lo que decidimos convertirlas en relleno de unas empanadillas, aprovechando que en la nevera teníamos unas láminas.

Ingredientes

  • 2 peras
  • 6-8 láminas de empanadilla
  • 1/4 de taza de nueces peladas
  • 10g de mantequilla
  • 1 cucharada de azúcar moreno
  • canela en polvo

Para elaborarlas, en primer lugar, pelamos las peras retirando el corazón y -si fuera necesario- las zonas echadas a perder-. Las cortamos a cubitos.

En una sartén a fuego medio, derretimos la mantequilla. Cuando empiece a burbujear, agregamos la pera y removemos bien para que se impregne bien y espolvoreamos con el azúcar moreno.

Continuamos removiendo para ayudar a que se diluya el azúcar y espolvoreamos con una pizca de canela en polvo.

Cuando la pera empiece a tomar un color caramelo, retiramos del fogón y vertemos sobre un colador fino que habremos colocado sobre un cuenco con el objetivo de salvar el almíbar. Dejamos templar.

Cuando la fruta esté a temperatura ambiente, precalentamos el horno a unos 130˚ mientras hacemos las empanadillas.

Las láminas para empanadillas comerciales suelen venir con unos separadores de papel parafinado, los cuales aprovecharemos tanto para el preparado de la empanadilla como para su horneado.

Así, separamos la primera oblea sin retirar el papel que la acompaña y la emplazamos sobre la encimera.

Disponemos una cucharadita de postre generosa del relleno de pera en el centro y coronamos con algunos trozos de nuez.

Levantamos uno de los extremos de la lámina de pasta con ayuda del papel, con cuidado para que el relleno no se desplace fuera por los extremos, hasta unir con el extremo opuesto. Presionamos con la yema de los dedos hasta que quede bien sellada la empanadilla.

La colocamos sin quitar el papel en la placa de horno.

Repetimos la operación hasta agotar la pera.

Introducimos en el horno durante unos 15 minutos y, pasado ese tiempo, pintamos las empanadillas con ayuda de un pincel con el almíbar que habíamos reservado.

Volvemos a introducir en el horno durante otros 10 minutos o hasta que estén bien doradas. Retiramos cuidadosamente el papel de la base antes de que enfríen del todo.

Se pueden servir aún calientes solas o acompañadas por un helado de vainilla o bien ya a temperatura ambiente.