En España, el Real Decreto 486/1997 establece la responsabilidad de las empresas de proporcionar unas condiciones laborales adecuadas, incluyendo la temperatura en los espacios de trabajo. Sin embargo, pese a esta obligación, la norma no establece un rango numérico o grados concretos que las empresas deban mantener en sus instalaciones.
Este marco legal busca promover un ambiente laboral cómodo y productivo. La ausencia de una cifra oficial lleva a que, en la práctica, se recomienden valores aproximados para distintos tipos de tareas, pero siempre con margen de flexibilidad dependiendo del contexto y la actividad desarrollada.
Para trabajos sedentarios en oficinas, entidades del sector sugieren que la temperatura ideal oscile entre 17 ºC y 27 ºC, mientras que en labores ligeras se recomienda mantener el ambiente entre 14 ºC y 25 ºC. Estas cifras buscan evitar tanto el exceso de frío como el de calor, procurando así proteger la salud y eficiencia de los empleados.
Normativa laboral y protección ante temperaturas extremas
En casos en los que las condiciones climáticas alcancen niveles extremos, la legislación establece que las empresas deben implementar acciones para preservar la integridad física de sus trabajadores. Esto incluye la provisión de sistemas adecuados de ventilación, climatización o calefacción, según sea necesario.
Asimismo, se contempla la posibilidad de reorganizar tareas o turnos para quienes se desempeñan en ambientes con altas temperaturas o fríos intensos, evitando así los riesgos asociados a las inclemencias térmicas.
Una referencia legal que refuerza estas medidas es el Real Decreto-ley 4/2023, que incluye la obligación explícita de proteger a los empleados durante episodios de calor extremo. Esta normativa, que refuerza la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, fue destacada especialmente por sindicatos como USO, que han presionado para una mayor atención en este ámbito.
Recomendaciones del reglamento térmico
Además de la legislación laboral, en España existe un conjunto de regulaciones técnicas que fijan indicaciones específicas sobre las temperaturas en espacios laborales. Uno de los documentos más relevantes en este sentido es el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE), que establece parámetros orientativos para climatización.
Según la información difundida por empresas del sector energético como TotalEnergies, las recomendaciones térmicas apuntan a mantener una temperatura entre 23 ºC y 25 ºC en verano, y entre 21 ºC y 23 ºC durante el invierno en espacios de oficina. Estos valores buscan proporcionar confort térmico sin un consumo energético excesivo.
Es importante destacar que, aunque estas directrices técnicamente no tienen fuerza de ley en todos sus aspectos, su incumplimiento puede derivar en acciones legales, sanciones administrativas o reclamaciones de los empleados si se demuestra que afectan negativamente a su salud o rendimiento.
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