Ante esta situación, los especialistas de la empresa Motorcard han elaborado un conjunto de recomendaciones imprescindibles para que el calor no sea un impedimento a la hora de disfrutar de la pasión por las dos ruedas. Estas pautas buscan equilibrar la protección necesaria con el confort térmico, un binomio no siempre fácil de conseguir.
Equipamiento veraniego
La primera y más importante recomendación es mantener la seguridad por encima de todo, incluso cuando el termómetro se dispara. La industria ha desarrollado soluciones específicas para el verano que permiten circular protegido y a la vez ventilado.
Las chaquetas con amplias zonas de malla facilitan un flujo de aire constante mientras mantenemos las protecciones homologadas. Los guantes estivales combinan ligereza y protección, mientras que el calzado técnico para altas temperaturas evita que nuestros pies se conviertan en un horno. Todo este equipamiento debe cumplir con las normativas europeas vigentes para garantizar su eficacia en caso de accidente.
Tecnología refrigerante
Los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de accesorios específicamente diseñados para combatir las altas temperaturas. Entre ellos destacan los chalecos refrigerantes, capaces de reducir la temperatura corporal hasta en 15ºC mediante sistemas de evaporación controlada. Estos dispositivos resultan particularmente útiles en trayectos largos o urbanos donde el asfalto multiplica la sensación térmica.
Protecciones ventiladas
Las protecciones dorsales, de codos, hombros y rodillas suelen ser las primeras víctimas cuando el calor aprieta. Sin embargo, existen opciones perforadas que permiten una circulación óptima del aire sin comprometer la seguridad. Estos elementos están fabricados con materiales ligeros y disponen de canales de ventilación estratégicamente ubicados para maximizar el confort sin reducir su capacidad protectora.
Planificación de rutas
Modificar los horarios habituales de conducción se convierte en una necesidad durante la temporada estival. Los expertos recomiendan planificar las salidas aprovechando las primeras horas de la mañana (antes de las 11:00) o las últimas de la tarde (después de las 19:00), cuando las temperaturas son más tolerables.
Estudiar previamente el recorrido permite identificar zonas de descanso con sombra, gasolineras y áreas de servicio donde poder recuperarse. Asimismo, es aconsejable evitar los tramos urbanos en hora punta, donde el calor se intensifica por el efecto isla de calor y las paradas constantes.
Hidratación constante
El cuerpo pierde líquidos a un ritmo acelerado durante la conducción estival, lo que puede derivar en problemas graves como la deshidratación. Esta condición afecta directamente a nuestros reflejos y capacidad de concentración, aumentando significativamente el riesgo de accidente.
Las mochilas de hidratación con sistema de tubo permiten beber agua sin necesidad de detenerse constantemente. Se recomienda consumir entre 2 y 3 litros de agua durante una jornada de conducción en condiciones de calor extremo, realizando paradas cada 45-60 minutos para rehidratarse adecuadamente.
Mantenimiento preventivo
Los 40ºC que pueden alcanzarse en muchas carreteras españolas no solo afectan al conductor, sino también a la mecánica de la motocicleta. El calor extremo modifica la presión de los neumáticos, acelera la evaporación de líquidos y puede provocar sobrecalentamientos del motor.
Es fundamental realizar revisiones más frecuentes durante el verano, prestando especial atención a los niveles de refrigerante, la tensión de la cadena (que puede variar con los cambios bruscos de temperatura) y el estado general de los neumáticos, cuyo agarre puede verse comprometido en asfalto extremadamente caliente.
Protección ocular y estacionamiento
La intensidad lumínica estival puede provocar deslumbramientos peligrosos. Si el casco no dispone de visera solar integrada, es recomendable utilizar pantallas tintadas homologadas que reduzcan la incidencia de los rayos sin comprometer la visibilidad. Nunca deben utilizarse gafas de sol convencionales bajo el casco, ya que no están diseñadas para soportar impactos.
Por último, aparcar la motocicleta en zonas sombreadas no solo mejora el confort al regresar (evitando asientos abrasadores), sino que también previene la evaporación excesiva de combustible y prolonga la vida útil de componentes plásticos y electrónicos sensibles a las altas temperaturas.
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Técnica más fácil: Si vas a la playa cuando te vas a ir mojas la camiseta y llegas hasta casa bien fresquito, frequita o fresquite.