El sistema de pensiones español se encuentra en una situación cada vez más delicada. Los expertos llevan años advirtiendo sobre la insostenibilidad del modelo actual, y ahora las señales de alarma son imposibles de ignorar. Con un gasto mensual que ha alcanzado la astronómica cifra de 13.500 millones de euros, el déficit total del sistema ya supera los 65.000 millones de euros, según los datos analizados por especialistas en economía.
Gonzalo Bernardos, profesor de Teoría Económica, ha encendido nuevamente el debate tras analizar la decisión de Dinamarca de elevar la edad de jubilación hasta los 70 años para 2040. Su diagnóstico es contundente: «España seguirá el camino», una predicción que genera preocupación entre quienes actualmente cotizan al sistema.
El panorama para los trabajadores actuales, especialmente los más jóvenes, resulta desalentador. Con salarios generalmente bajos, la capacidad de ahorro para complementar la futura pensión es prácticamente inexistente para muchos. Esta realidad contrasta con las generosas prestaciones que actualmente reciben los jubilados en España, donde la primera pensión equivale al 83% neto del último salario, una cifra solo superada por Turquía entre los países de la OCDE.
El modelo danés como referencia europea
La decisión de Dinamarca de eliminar las pensiones vitalicias a sus políticos y aumentar progresivamente la edad de jubilación hasta los 70 años para 2040 ha captado la atención internacional. Esta medida representa un enfoque pragmático ante el envejecimiento poblacional y la presión sobre los sistemas de protección social.
En España, la edad de jubilación ya está experimentando un aumento gradual, condicionado por los años cotizados. Sin embargo, Bernardos considera que el país no está suficientemente preparado para una transición hacia un modelo similar al danés, a pesar de que probablemente sea inevitable a medio plazo.
El economista advierte que la jubilación de la generación del baby boom supondrá un desafío sin precedentes para el sistema. Este grupo demográfico, numeroso y con expectativas de longevidad superiores a generaciones anteriores, ejercerá una presión extraordinaria sobre los recursos disponibles para pensiones.
Las tres vías posibles: trabajar más, cotizar más o recibir menos
Ante esta situación, las alternativas son limitadas y ninguna está exenta de controversia. La primera opción implica extender la vida laboral, como ha decidido Dinamarca. La segunda consistiría en incrementar las cotizaciones de los trabajadores activos, algo a lo que Bernardos se opone frontalmente: «Solo falta que los jóvenes, que ya ganan poco, ganen menos porque pagan más».
La tercera vía, quizás la más impopular, supondría reducir la cuantía de las pensiones futuras. Esta opción también genera rechazo por parte del economista, quien considera que no sería justo penalizar a quienes han contribuido durante toda su vida laboral.
El análisis de la situación revela una paradoja del sistema actual: «Cobran más los que se incorporan al sistema (alrededor de 2.000 euros brutos de promedio) que los que desaparecen del sistema porque mueren». Esta realidad contribuye significativamente al desequilibrio financiero que experimenta la Seguridad Social.
1 comentario
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37'5 horas laborales a la semana, se lo dedico a la gente que me lleno de negativos cuando lo dije, ale!! Aqui lo teneis hasta los 70 años currando