Tradición y modernidad: las claves de la nueva arquitectura de Mallorca, según el arquitecto Jaime Salvá

El experto reivindica la sabiduría de la arquitectura vernácula como base para construir el futuro. Su propuesta: reinterpretar sin copiar y unir lo local con lo contemporáneo

Uno de los proyectos que mejor ejemplifica esta fusión entre tradición y modernidad es Son Llaneres | Foto: Mauricio Fuertes

TW
3

En un momento en el que la sostenibilidad y la identidad local cobran cada vez más peso en la arquitectura, Jaime Salvá lo tiene claro: el futuro pasa por mirar al pasado. «Lo más valioso de nuestra arquitectura tradicional no es solo lo que se ve, sino lo que se siente», explica este arquitecto mallorquín, que ha logrado situar su estudio entre los referentes de la nueva arquitectura de la isla.

Salvá defiende que muchos de los elementos tradicionales, como el grosor de los muros, los patios interiores o los sistemas de ventilación natural, no son reliquias, sino soluciones inteligentes que responden al clima y al estilo de vida mallorquín. «Son estrategias nacidas del sentido común. Hoy siguen vigentes y pueden reinterpretarse para adaptarse a las nuevas necesidades contemporáneas», afirma.

Parte del encanto de esta arquitectura renovada está en el uso de materiales locales con un lenguaje actual. La piedra de Santanyí, las persianas mallorquinas o la cerámica tradicional forman parte del ADN de muchos de los proyectos con sello mallorquín. Pero, el arquitecto advierte, no se trata de copiar sin más: «La clave está en reinterpretar. Actualizar los códigos sin perder el alma». Esa integración se hace de forma distinta dependiendo del entorno. No es lo mismo diseñar una casa en una parcela rústica que frente al mar o en el casco urbano de Palma. «Cada lugar exige una respuesta diferente, pero todos pueden dialogar con la tradición si se hace con respeto», añade.

La sostenibilidad como puente entre pasado y futuro

Para el arquitecto, uno de los puntos más potentes de esta mirada hacia lo tradicional es su conexión natural con la sostenibilidad. «La arquitectura vernacular ya era, en esencia, sostenible. Nosotros simplemente aplicamos esa sabiduría con herramientas nuevas», comenta. Desde sistemas pasivos hasta materiales de bajo impacto o energías renovables, la arquitectura que propone es tanto una respuesta estética como una declaración de principios.

Uno de los proyectos que mejor ejemplifica esta fusión entre tradición y modernidad es Son Llaneres, una vivienda en suelo rústico en la que el estudio de Salvá ha reinterpretado la arquitectura tradicional a través de volúmenes contemporáneos y cubiertas de teja árabe. «Ese juego geométrico resuelve necesidades funcionales y conecta la casa con el paisaje de forma natural», explica el arquitecto. Con una visión clara y respetuosa, Jaime Salvá propone una arquitectura mallorquina que no se ancla en la nostalgia, sino que la transforma en inspiración para construir un presente más coherente, eficiente y con identidad.