El alprazolam, comúnmente conocido por su marca comercial Trankimazin, es uno de los ansiolíticos más recetados en España. Si bien es seguro y eficaz cuando se usa bajo supervisión médica para tratar trastornos de ansiedad, su uso indebido con fines recreativos se ha convertido en una preocupación creciente entre los profesionales de la salud.
El doctor José Carlos Fuertes, un reconocido médico español, abordó los peligros del abuso de este medicamento. «El Trankimazin es extremadamente útil para pacientes con trastorno de angustia, una condición debilitante que puede hacer que una persona sienta que está perdiendo el control o incluso que se está muriendo», explicó. «Cuando se usa correctamente, puede aliviar rápidamente estos síntomas angustiantes».
Sin embargo, el doctor Fuertes advirtió sobre las consecuencias potencialmente devastadoras del uso recreativo de alprazolam, especialmente cuando se combina con alcohol u otras drogas. «Mezclar Trankimazin con sustancias como alcohol, cannabis o cocaína puede llevar a un estado de coma, depresión respiratoria severa e incluso la muerte», enfatizó.
Además de estos riesgos inmediatos, el abuso a largo plazo de alprazolam también puede tener efectos duraderos en la función cerebral. «La combinación de Trankimazin y alcohol causa daño neuronal significativo, lo que puede provocar pérdida de memoria, confusión, desorientación y cambios de comportamiento como agresión y agitación», señaló el doctor Fuertes.
El bajo costo y la facilidad de acceso a los ansiolíticos los han convertido en una alternativa atractiva pero peligrosa a las drogas ilícitas entre algunos jóvenes españoles. «Es crucial que eduquemos al público, especialmente a los jóvenes, sobre los riesgos de usar medicamentos recetados para fines no médicos», insistió el doctor Fuertes. «La creencia de que estas sustancias son una opción segura es completamente falsa y puede tener consecuencias devastadoras».
El doctor Fuertes concluyó con un recordatorio: «Cualquier sustancia, incluso un medicamento, puede ser un remedio o un veneno dependiendo de cómo se use. El abuso de ansiolíticos como el Trankimazin puede dañar permanentemente el cerebro de una persona joven y robarle sus facultades mentales más preciadas. Como sociedad, debemos abordar este problema con urgencia y compasión».
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