El árbol frutal que jamás deberías plantar en tu jardín, por muy sabrosa que sea su fruta: es un imán para las arañas

Esta planta trepadora reúne las características ambientales idóneas para que habiten estos artrópodos

Su densidad y follaje lo convierten en un refugio ideal para las arañas | Foto: Freepik

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En muchos jardines, las plantas trepadoras son las protagonistas debido a su crecimiento rápido y a las hermosas sombras que ofrecen. Sin embargo, no todas son perfectas. Hay una serie de plantas frutales que, pese a sus deliciosos frutos, esconden secretos que podrían preocupar a los jardineros menos experimentados. Entre estos, vale la pena mencionar una planta particular cuya fama como 'imán de arañas' no es bien conocida: la parra.

Características de una planta envolvente

Esta planta trepadora se destaca por su capacidad de cubrir pérgolas, muros y enrejados en un tiempo sorprendentemente corto. Sus hojas amplias y lobuladas caen en otoño, pero durante el verano, brindan sombra y frescura, lo que la convierte en una opción ideal para los días calurosos. Sin embargo, es esta misma densidad de hojas y sarmientos lo que proporciona un refugio ideal para ciertos insectos y, en consecuencia, para las arañas.

El atractivo principal de esta planta radica en sus frutos, que crecen en racimos y presentan una variedad de colores: verde, rojo, morado o negro. Las uvas, el fruto de este frutal, son ampliamente reconocidas y apreciadas por sus múltiples usos, incluyendo la elaboración de vino, jugos y pasas. Aunque las flores de esta planta son discretas y apenas visibles, desempeñan un papel crucial al dar paso a estos frutos tan valorados.

Para que esta planta prospere, necesita obtener suficiente luz solar directa, y prefiere los suelos que poseen buen drenaje. Otro aspecto importante del cultivo es que requiere una poda regular, lo cual no solo ayuda a controlar su crecimiento sino que también optimiza la producción de los frutos.

El inesperado atractivo para las arañas

Aunque esta planta no genera intención de atraer a las arañas, ofrece un entorno que facilita su llegada. Los densos sarmientos brindan escondites protegidos del sol, la lluvia y los depredadores, mientras que la abundante presencia de insectos atraídos por la planta -como abejas, moscas y pulgones- provee un banquete listo para arañas cazadoras.

Además, la estructura de la planta es perfecta para que las arañas tejan sus telas entre las ramas y hojas, especialmente aquellas variedades que son tejedoras por naturaleza. Durante la primavera y el verano, el microclima creado por la planta, de temperaturas más templadas y humedad, fomenta la presencia de una rica cadena alimenticia que incluye, inevitablemente, a las arañas.