La protección natural del pelaje
El pelaje de los perros y gatos actúa como una barrera natural contra el frío. Las mascotas mudan su pelaje dos veces al año, adaptándolo a las estaciones, lo cual les permite enfrentar cambios de temperatura. Sin embargo, la protección varía según la raza. Por ejemplo, perros como el Husky Siberiano o el San Bernardo están mejor preparados para el invierno gracias a su pelaje denso y grueso. En cambio, razas de pelo corto, como el Chihuahua o el Bulldog Francés, son más sensibles y pueden requerir una capa extra de protección en climas fríos.
¿Cuándo debemos cubrirlos?
Para saber si una mascota necesita una manta o un abrigo, es importante observar su comportamiento. Los perros y gatos que tienen frío suelen adoptar ciertas posturas, como encogerse, buscar lugares cálidos o temblar. En esos casos, proporcionarles una manta o un abrigo puede ayudar a mantener su temperatura corporal. Es especialmente recomendable proteger a cachorros, animales mayores o aquellos que padezcan enfermedades crónicas, ya que son más vulnerables a los efectos del frío.
Por otro lado, los gatos suelen regular su temperatura de manera más efectiva y prefieren encontrar refugio por sí mismos. Sin embargo, si el ambiente está demasiado frío, pueden beneficiarse de una manta suave en su cama o lugar de descanso.
¿Qué precauciones tomar?
Al tapar a las mascotas, es importante usar prendas cómodas y adaptadas a su tamaño para evitar que se sientan incómodas o restringidas. Además, si el perro lleva abrigo al salir, es esencial retirarlo al volver a casa, pues el cambio constante de temperatura es más perjudicial que beneficioso. También es recomendable cepillar el pelaje de las mascotas regularmente para evitar que el pelo muerto afecte su capacidad de aislamiento.
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