Darle un toque personal a las paredes con fotografías o crear nuestros propios muebles con materiales reciclados son opciones al alcance de todos los bolsillos.

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Tras varios meses de confinamiento en casa, el salón se ha convertido en el epicentro de la mayoría de los hogares: en él hemos comido, hemos hecho deporte, hemos visto películas y series, hemos teletrabajado y teleestudiado, nos hemos evadido con algún juego de mesa o videojuego, hemos leído, hemos contemplado preocupados las noticias y hemos hecho innumerables videoconferencias.

Con toda seguridad, más de uno habrá acabado aborreciéndolo, o mas bien, aburriéndose de él, y tras observarlo detenidamente durante tantos días ha decidido hacerle un lavado de cara o sesión de 'chapa y pintura'. Pero, ¿es posible cambiar la decoración de este punto neurálgico de la vivienda invirtiendo poco dinero? Estas son varias ideas que pueden facilitar su actualización con un presupuesto reducido.

Sin duda, una de las propuestas de ‘retoque estético’ más sencillas y, además, con coste cero. Cambiar la distribución del salón y reorganizar las zonas del comedor y del sofá puede convertirse en la mejor solución para darle una segunda vida a los muebles, aprovechar mejor el espacio, poner orden en la estancia e, incluso, quitar algunos elementos superfluos que ya no se necesitan o usan. Si tenemos estanterías repletas de libros, colocarlos por colores u ordenarlos de nuevo intercalando objetos decorativos, fotografías, láminas o dibujos resultará un acierto.

No se trata de que nuestro salón se parezca a tantos otros que vemos en catálogos y revistas de decoración sino de que esté impregnado de pequeños detalles que tienen que ver con la persona o personas que lo habitan y lo hacen único. Esto puede conseguirse fácilmente colocando en las paredes cuadros que nos gusten, fotografías, murales, pósters, collages, marcos vacíos, espejos... Combinando diferentes tamaños y alturas y dejando que las inspiración y la creatividad viaje sin ataduras.

DIY

El Do It Yourself (DIY) al poder. Ha llegado el momento de sacar nuestra vena más imaginativa y de aprovechar cualquier material para crear elementos únicos de decoración: quizás construyendo una mesa hecha con un tambor de lavadora y un cristal o un sofá de palés cubierto con cojines cuadrados, lijando y pintando una vieja vitrina o unas sillas, creando una estantería con materiales reciclados como tablas y cuerdas o superponiendo cajas, o incluso, si somos muy manitas, tejiendo un tapiz.

Las posibilidades de una pared

Las paredes del salón pueden convertirse en protagonistas de excepción. Las posibilidades son infinitas: colocar frisos, molduras o revestimientos de madera, pintar una de las paredes de un color diferente y más llamativo (por ejemplo, negro o gris oscuro) o solo la mitad inferior de la pared, poner un vinilo o papel pintado, o incluso, crear un jardín vertical.

El poder de la fotosíntesis

Verde que te quiero verde. Las plantas dan color, alegran el espacio, nos relajan, nos conectan con la naturaleza y están al alcance de todos los bolsillos. Colocar estratégicamente una o más plantas en el salón siempre es un acierto decorativo. Además, en el mercado existe una infinita variedad de maceteros de multitud de materiales - cerámica, fibra de vidrio, metal, cristal, hierro, cemento, esparto...- que son auténticas joyas a la hora de crear ambientes.

Ideas luminosas

Una nueva lámpara de pie o de mesa, unos nuevos apliques en el techo o la pared o unas luces indirectas proporcionan una magnífica oportunidad para crear atmósferas y dar un nuevo aire al salón. Las velas de cera o, por qué no, las de pilas (que nada tienen que envidiar a las originales) son también una estupenda opción para los momentos más íntimos y nocturnos.

Reciclado de textiles

A veces, un cambio de imagen es solo cuestión de renovar pequeños (pero grandes) detalles como los textiles: un cambio de tapizado para el sofá, nuevos cojines y mantas, estrenar alfombras o colocar nuevas cortinas. Otra opción moderna y económica puede ser colocar un suelo vinílico -que se instala de forma muy sencilla y puede cambiar por completo el aspecto de la estancia- o bien una alfombra de este mismo material, fáciles de limpiar y disponibles en una infinidad de modelos (los más solicitados actualmente son los que imitan las baldosas hidráulicas).