Ahora que la meteorología ha decidido estabilizarse, entramos en temporada alta de terrazas, patios y jardines, que durará hasta octubre. Una de las actividades más apetecibles para disfrutar en familia o con amigos al aire libre es organizar cenas, meriendas y comidas. A veces se reúnen tantas personas que nos cuesta hacerles un hueco en nuestra mesa.
Si optamos por el estilo rústico a la hora de decorar el comedor exterior nunca será un problema añadir más sillas, bancos o taburetes, pues la informalidad propia de esta opción decorativa nos permite una gran dosis de creatividad mezclando colores, texturas y materiales. La clave para acertar con este estilo es darle todo el protagonismo a la mesa. Ha de ser grande, robusta, de madera natural, especialmente si contamos con espacio suficiente.
Si encontramos una hecha de forma artesanal directamente con un tronco de árbol cortado en gruesas láminas, mejor que mejor. Dejar las vetas de la madera a la vista será un acierto e incluso también cierto nivel de aspereza. A su alrededor, las sillas deben perder protagonismo y podremos poner piezas sencillas, en hierro, madera o ratán. Un toque de estilo industrial en las lámparas combina a la perfección con este estilo de vida tan natural.
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