138 kilómetros de plástico biodegradable

Dieciocho productores de agricultura ecológica utilizan esta técnica para cubrir 27,6 hectáreas de huerta

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Las cifras que últimamente ofrecemos de agricultura ecológica en Mallorca muestran la gran concienciación que de cada día tienen más agricultores en derivarse a este tipo de cultivo, tanto en ofrecer una buena calidad del producto como también desde el punto de vista medioambiental.

Otro de los datos que de cada año va en aumento es el uso del biofilm. Este 2025, 18 productores inscritos en agricultura ecológica han sustituido el plástico de acolchado convencional por plástico biodegradable. Este plástico se usa tradicionalmente en agricultura para evitar la competencia entre el cultivo hortícola y las plantas espontáneas, protege el suelo y ayuda a mantener la humedad. Su época de más uso empieza a finales de marzo y todo el abril, cuando se siembran todas las hortalizas de verano. La acción tiene un impacto positivo sobre el medio ambiente porque no dejará residuos y se ahorran recursos no renovables en su fabricación.

El cambio ha sido posible, por sexto año consecutivo, gracias al acuerdo entre la Associació de Productors d’Agricultura Ecològica (APAEMA) y la fundación Mallorca Preservation (MAPF), entidades que firmaron un convenio de colaboración en el año 2019. Así, APAEMA ha coordinado la compra conjunta de plástico biodegradable para sus socios y MAPF ha asumido un porcentaje del sobrecoste que tiene este plástico respecto del convencional. Esta acción quiere animar el uso de este material no contaminante cuyo principal problema es el sobrecoste a diferencia del plástico convencional, más asequible. Gracias a la ayuda económica de MAPF, los productores han obtenido un precio competitivo que les ha permitido hacer el cambio.

En este sexto año se ha consolidado como uno de los más exitosos: 18 fincas eco de huerta se han beneficiado de la ayuda y en total se han evitado 138 kilómetros de plástico, cubriendo 27,6 hectáreas de huerta. En 2019 sólo fueron 60 kilómetros.

Durante estos seis años, se han utilizado 1.023 kilómetros de biofilm, dicho de otra manera, se ha evitado emplear 16.543 kilos de plástico. Y, se ha doblado el número de explotaciones. El primer año sólo participaron 9, el segundo, 14 y éste ya han sido 18.

El técnico de APAEMA, Andreu Adrover, explica que «el biofilm es igual de eficaz para asumir la función y, además, no genera residuos. Está fabricado con materias primas naturales compostables y se degrada y desaparece al labrar nuevamente el terreno». Tiene las mismas ventajas que el plástico convencional y haciendo uso de este se evita la generación de residuos plásticos, que tardan centenares de años a degradarse y que en demasiados casos se abandonan en la misma finca, dando incluso mala imagen. «La retirada del convencional es conflictiva en el sentido que se rompe con mucha facilidad y siempre quedan trozos, que se fragmentan dentro de la tierra, pero que no llegan a desaparecer», añade.