Pollos camperos

La constitución de una cooperativa da salida a poder sacrificarlos en la Isla

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La producción de pollo campero en Mallorca está en un punto y seguido importante. Todos recordamos los amplios corrales con árboles y chumberas que antaño eran el mejor gallinero que tenían las casas de campo. Estar al aire libre, picoteando, además de una buena alimentación hace que la carne de estas aves sea sabrosa, especial. Pero, poco a poco los productores han ido cerrando; unos por la falta de relevo generacional y otros por los cierres que ha padecido el matadero de Inca donde se sacrifican estos animales.

Ahora, parece que se podrá volver a reactivar la producción gracias a cuatro emprendedores, que son los únicos que quedan en la Isla. Se han unido formando una cooperativa para poder gestionar el matadero.

El presidente de esta nueva cooperativa es Pedro Obrador, uno de los productores. Hace unos años hizo un curso de agricultura regenerativa donde se trató de los beneficios que comporta que los pollos pasten por el campo, con unas mallas y unos gallineros móviles y que no estén encerrados dentro de pequeños habitáculos en una granja. Lo puso en marcha en su finca, en Son Negre (Felanitx).

Crear una cooperativa era la única opción viable que les quedaba para poder seguir con el negocio. La otra, montar un pequeño matadero en la explotación, la descartaron. Ya han vuelto a reactivar el matadero y están sacrificando entre 200 y 250 gallinas semanales, aunque su intención es que en breve puedan doblar los números. Pero claro, ante la incertidumbre del funcionamiento del matadero, bajaron la producción y tienen pocos animales. Poco a poco irán aumentándola.

Pedro Obrador, explica que importan los pollitos de una granja de Tarragona con un día de vida. «Desde este momento y hasta el sacrificio nos encargamos del resto. Las tres primeras semanas están dentro de una sala, con la temperatura idónea y comiendo pienso». Después pasan al exterior, al campo, a los gallineros móviles y hasta las entre 12 y 16 semanas, dependiendo del peso, en que se sacrifican y se comercializa la carne a restaurantes, carnicerías y también hacen venta directa a particulares. El engorde depende de la temporada. «Los meses más fríos tienen un crecimiento más lento, en cambio, la primavera y el otoño engordan más rápido. Nunca los sacrificamos antes de las 12 semanas», comenta.

Al aire libre, además de picotear por el suelo y comer hierba, comen una mezcla de cereales de diferentes clases para que tengan mejor gusto. «Cada cierto tiempo los cambiamos de zona para que pasturen mejor. Les encanta. Además, comer hierba es muy bueno y les ayuda en su metabolismo», explica Pedro Obrador.

«Intentamos hacer un producto de calidad, que agrade y que se diferencie del industrial». Respecto a la gestión del matadero de Inca, Obrador comenta que !si no tenemos ayudas de la Conselleria de Agricultura u otros organismos será difícil debido a la poca producción que de momento hacemos, porque todo es una rueda».