Preservar la encina dulce

Este tipo de bellota es un fruto seco que con los años ha ido en retroceso

En estos últimos años, la Associació de Varietats Locals ha puesto en valor este fruto seco y está recuperando su producción

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En Mallorca todavía quedan un buen número de encinas dulces aunque la mayoría ya son viejas. La bellota dulce es un fruto seco que con los años se ha ido perdiendo, siendo actualmente un gran desconocido por la mayoría de personas, pero tiene un enorme potencial gastronómico, económico y medioambiental. Gracias a la ardua investigación de la Associació de Varietats Locals (AVL) estos últimos años se está poniendo en valor y se está recuperando.

Además del trabajo de los técnicos agrícolas, encabezados por Andreu Adrover, es muy importante la colaboración de los voluntarios en la multiplicación de las variedades autóctonas. De ahí que periódicamente se organicen talleres de microinjerto, una técnica que se emplea en este caso. De hecho, ya llevan unos 3.200 pies injertados más los de esta temporada en curso.

Hace unas semanas, un buen grupo de voluntarios se interesó por seguir las indicaciones de Andreu Adrover y colaborar en este proyecto de expansión de un árbol –la encina- que antaño tenían muchas de las fincas de la Isla.

Todo este trabajo es posible que se pueda llevar a buen término gracias a la dedicación de los técnicos de la AVL, y que cuentan con la colaboración de la asociación Estel de Llevant, la fundación Mallorca Preservation, el centro forestal de Menut (del Govern) y la UIB.

En este caso, el vivero de Menut aporta los pies bords, de un año, y las mudas se recogen de diferentes encinas que tienen prospectadas por toda la isla, tanto en fincas públicas como privadas.

El principal objetivo de este proyecto es «preservar la encina dulce, que éstas que ahora injertamos se hagan adultas y que las futuras generaciones las vean crecer y que les sean productivas», comenta Adrover.

Se emplea la técnica del microinjerto porque el material es pequeño, «no hablamos de injertar árboles jóvenes en el campo, son pies de encina de un año y las mudas también son pequeñas, de los últimos brotes; tienen menos de un centímetro de grueso», explica.

Los injertos se realizan en la temporada de frío, entre noviembre y febrero como máximo. A las tres semanas, si la planta ha empezado a brotar por la parte del injerto, se le hace el mantenimiento básico de vivero, con un riego controlado y abonado si es necesario. Posteriormente, en mayo se trasladan a la finca de Menut para que pasen allí el verano, y a finales de año se reparten entre los socios de la entidad interesados y se reserva una parte para la conservación en 4 colecciones que se encuentran en Felanitx, en la UIB, en la finca pública de Mortitx y en la finca pública de Galatzó.

Anterior a este proyecto de multiplicación, desde la AVL se hizo un importante trabajo de prospección para determinar los nombres de las variedades locales y poderlas preservar en un futuro. Algunas de estas son: de la campaneta, d’en Cremat, d’en Pere Andreu, de la monja Riera, de castanya o d’avellaneta.