Toni Fontanet, con sus inseparables binoculares que utiliza para la observación de aves, una actividad que le apasiona. | Lluc Garcia

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Toni Fontanet (Palma, 1953) es un naturalista que ha dedicado muchos años de su vida a la conservación de la naturaleza, especialmente a la observación y estudio de los pájaros.
Trabajó como administrativo y contable, pero siempre ha estado muy implicado en las iniciativas encaminadas a poner en valor la naturaleza balear y su biodiversidad, actividades con las que ha estado comprometido y a las que ha dedicado muchísimas horas de su tiempo libre. «Mis inicios en la ornitología se remontan a 1968, cuando gracias a los programas de Rodríguez de la Fuente descubrí el gran valor de la biodiversidad, el mundo de las aves y el reto de su conservación», explica Toni Fontanet. Se inició en la Societat d’Història Natural de Balears y cuando nació el GOB no dudó en inscribirse como uno de sus primeros socios.

«Un día cayó en mis manos un libro de ornitología y desde entonces me han apasionado los pájaros, unos seres vitales, no solo para el medio natural y el equilibrio ecológico, sino de gran importancia para la agricultura». Ya en su retiro profesional sigue implicado en numerosos proyectos naturalistas y conservacionistas. Presidió la Associació d’Amics dels Parcs Naturals y ahora está en las juntas de Iniciativa de Custòdia del Territori y de la Societat d’Amics del Museu de Ciències Naturals y Jardí Botànic de Sóller.

«En Mallorca hay mucho interés por la observación de aves y a la fotografía de la naturaleza», asegura Fontanet. Sin embargo, añade que las aves, como muchos otros seres vivos, están sufriendo de forma muy especial la crisis de la biodiversidad y en Baleares esto se ha hecho visible con la progresiva rareza de especies antes comunes, no solo en el medio natural, sino también en los campos de cultivo.

«Hay que decir que las especies forestales parecen aumentar, pero a la vez desaparecen progresivamente las que antes eran frecuentes en los campos», añade. Pájaros un tiempo muy comunes en los cultivos, como passarells o caderneres «ya no es frecuente verlos formando esbarts», afirma. Fontanet añade además un dato preocupante: «se calcula que desde los años 80 se han perdido en el territorio español unos 10 millones de gorriones, con lo que esto supone para en control natural de muchos insectos de los que se alimentan y, por tanto, sobre la agricultura». Para Fontanet «la presencia de pájaros en el medio agrario es una señal de buen estado de salud y ausencia de contaminación y algunos que son indicadores ecológicos, como el capsigrany, experimentan un preocupante descenso».

Fontanet participa en el proyecto S.A.C. (Seguimiento de Aves Comunes) y destaca la importancia de seguir protegiendo espacios naturales y potenciar la agricultura ecológica, «especialmente ante la situación de cambio climático que está afectando la migración de las aves y su paso por las islas».