En total, según el Plan Hidrológico, 70.000 millones de litros de agua tienen un tratamiento terciario que puede utilizarse para regar los campos. | Redacción Part Forana

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El agua es de cada día un bien más escaso, por ello se debe cuidar al máximo su consumo. Según el Plan Hidrológico de las Islas, del total de agua que pasa por las diferentes estaciones de depuración (EDAR), 70 Hm3 (70.000 millones de litros) tienen un tratamiento terciario, es decir, que son aptas para su uso en el regadío de toda clase. Pero, según el Plan, sólo 26,84 Hm3 son reutilizadas para este fin, ya sea en regadío agrario, campos de golf y para uso de parques y jardines municipales. La gran mayoría de agua que sale de la depuradora se vierte directamente a los torrentes o al mar. O sea, se trata de un recurso precioso que se pierde pero que no se tendría que perder, y más en los tiempos que corremos. Va en contra de todos los preceptos de sostenibilidad y de economía circular de los cuales la agricultura puede ser un buen ejemplo. Por ello, la entidad agrícola Asaja ha propuesto a la Conselleria d’Agricultura del Govern un plan para el fomento de la reutilización de las aguas depuradas para uso agrícola. Este proyecto fue presentado para ser financiado con el impuesto de turismo sostenible, la ecotasa, pero no fue aceptado.

El técnico agrícola y gerente de Asaja, Joan Simonet, ha explicado que «hacer llegar agua depurada al sector agrario implica que la agricultura podrá ofrecer un servicio ambiental más con la recarga de los acuíferos, la menor presión a los acuíferos de aguas blancas, un incremento de la fijación de CO2, la producción de biomasa y un incremento de la renta agraria, y por tanto la diversificación de la actividad económica».

Según Simonet, también «reduce la utilización de fertilizantes ya que en algunos casos las aguas depuradas contienen los mismos componentes que los abonos inorgánicos. La incorporación de estas aguas en extensas zonas de regadío hace que se produzca una depuración natural».

PLMA. AGRICULTURA. JOAN SIMONET, Gerente del sindicato agrario ASAJA en las Illes Balears.

Aunque matiza que no se puede reaprovechar de entrada toda el agua porque los meses de invierno no hay actualmente una demanda de agua al sector agrario y se seguirá vertiendo al mar. En las últimas décadas se han ido construyendo en puntos estratégicos de la Isla algunas balsas para regantes, como la que se está levantando cerca de Porreres y que podrá abastecer a un considerable número de agricultores tanto de este municipio como también los de un sector de Felanitx, cercanos a ésta imponente infraestructura, pero esta no termina de ser la mejor solución al problema.

Según ha explicado Joan Simonet, «actualmente el modelo seguido ha sido crear comunidades de regantes e infraestructuras muy grandes para distribuir el agua depurada con éxito en algunos casos, pero que en otros no ha funcionado adecuadamente», por ello, desde Asaja proponen «la posibilidad de obtener concesiones directas del agua depurada sin infraestructuras comunes gestionadas por comunidades de regantes». Y ponen como ejemplo a seguir el suministro a los campos de golf.