Agustí Tomàs, con el trofeo con el que los criadores de Porc Negre han reconocido su dedicación. | Lola Olmo

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Desde hace una década, Agustí Tomàs es el veterinario responsable de vigilar la salud de los animales que se crían en las granjas de porc negre que existen en Mallorca. Los criadores han confiado en su atención a estos animales la evolución de una raza de cerdo, la única autóctona de Mallorca, que ha estado a punto de desaparecer, aunque él se muestra optimista al respecto. «No creo que el porc negre desaparezca por ahora, los criadores están haciendo un buen trabajo». Se refiere tanto a la cría y perfeccionamiento morfológico de la raza, como a las iniciativas para hacerse un hueco en el mercado y asegurar la viabilidad económica de estas explotaciones, ahora muy perjudicadas por el encarecimiento de los cereales y productos necesarios para su alimentación.

«En la Asociación de Defensa Sanitaria, mi misión es aplicar el programa sanitario establecido, y en el caso de la Associació de Criadors, garantizar que en los animales reproductores, la descendencia se realiza de acuerdo a la normativa del libro genealógico de la raza».

Esta misión, en la práctica se traduce a ir de finca en finca, por toda la parte de Mallorca donde se crían estos animales en semi libertad, e ir sacando muestras genéticas para hacer controles de paternidad; vacunaciones a menudo localizando a los animales que están sueltos por las fincas; controles sanitarios y vigilancia de las patologías. Y «cumplimentar un montón de papeleo para certificar el cumplimiento de toda esta normativa», reconoce.

En los 25 años que han transcurrido desde que los criadores de porc negre se asociaran para fomentar la raza y evitar su extinción ante la mayor presencia de razas foráneas y el desconocimiento de la sociedad de consumo actual, ha sido testigo de muchos cambios. «La raza se ha estabilizado, se ha unificado, se ha controlado todas las genealogías, y tenemos un patrón de tipo de animal que nos permite trabajar; es verdad que la cabaña actual es pequeña, como ocurre en todas las razas que parten de una población inicial muy baja, y solo existe en Mallorca, pero creo que se puede decir que está estabilizada». El experto manescal cree que «hoy en día no está en peligro de extinción como hace 20 o 25 años, pero solo si no cambian las condiciones que han permitido mantener la raza».

Entre las condiciones necesarias para la supervivencia de la raza están una moderación en los precios de los piensos y cereales; y que «el mercado acepte el producto, y hay demanda, limitada a las posibilidades del sector».

Nacido en Porreres, Agustí Tomàs siempre supo que quería hacer en la vida. «Me fui a estudiar veterinaria para trabajar con animales de granja y he tenido la suerte y el privilegio de poder desarrollar toda mi carrera profesional con animales de producción». Reconoce que su labor es menos visible que la los que se dedican a las mascotas, pero sabe que es muy importante «pues es la salud lo que garantizamos».