Tomeu ‘Mianos’ conoce al detalle el proceso de cuidado de la vid, tiene bajo su supervisión algunas hectáreas. | Joan Socies

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La viña ha sido en los últimos años uno de los revulsivos del campo mallorquín. Ello ha permitido dar trabajo a muchos jóvenes que han visto en el sector una salida profesional. Tomeu Andreu Amengual Mianos (Montuïri, 1987) tras cursar el bachiller optó por el grado de Gestió i Organització dels Recursos Naturals i Interés Paisatgístic del instituto de Felanitx. «Al salir de allí mi primera intención era la de optar a alguna de las plazas públicas de este ámbito, tenía claro que quería hacer trabajo de campo».

Pero al poco tiempo, la realidad del mundo profesional le llevó a trabajar en empresas privadas. Primero fue encargado de una finca «lo que antiguamente era el trabajo de l’amo y que ahora los senyors dejan en manos de la figura del encargado», explica Tomeu Andreu. La possessió de Polo en Algaida, Estel de Llevant, Vivers Llabrés, o las viñas de Vinorica fueron sus primeros trabajos. Así entre las cepas de Castell Miquel tuvo su primer contacto con la vid y desde entonces, tras un breve paso por el turismo, no ha dejado de aprender sobre el cultivo y cuidado de las viñas de la Isla.

Ahora, Andreu, desde marzo de 2019 trabaja de encargado y tractorista en las 150 hectáreas de viña que tienen las bodegas de Macià Batle. Tomeu se encarga, principalmente, de las nuevas plantaciones que ha hecho la bodega en el Pla de Mallorca. «Los que estamos cada día en la viña, y especialmente el que va sobre el tractor, somos los que vemos las enfermedades. El ingeniero de la bodega pasa cada semana pero el payés es el que ve los cambios y la evolución de la vid».

«En estos momentos con la viña joven no nos podemos despistar, tenemos los conejos e incluso las liebres que en cualquier momento nos pueden jugar una mala pasada. Hay que decir que la población de liebres se ha recuperado mucho, existe una moratoria sobre su caza pero sobre el terreno vemos que hay esta recuperación».

Sobre el riego de las cepas Tomeu Andreu indica que «ahora hay la tendencia de sembrarla en zona cerealística y no es necesario el riego pero en la tierra histórica de viña la planta le cuesta llegar al setiembre y el riego es un apoyo muy importante». «Los veranos han cambiado mucho, el cambio climático se ve mucho y en los primeros años de siembra es muy importante el riego», asegura Tomeu Mianos.

En referencia a las explotaciones de vid, Andreu mantiene que «a día de hoy el payés que tenia viña para vender la uva a las bodegas está en peligro de extinción. Los pequeños que quedaban han optado por poner su propia bodega». Sobre la calidad o la cantidad señala que «hay una clara apuesta por la calidad. Las bodegas grandes mantienen una línea con unos vinos en la misma línea, por ello el trabajo del enólogo es muy importante. Esto es una de las virtudes de Macià Batle, seguir una línea muy marcada e igual. Creo que deben ser los pequeños cellers los que han de optar por la experimentación».