Pep Martorell (en el centro) muestra varias bandejas de ‘porcelles rostides’. | Pep Córcoles

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La producción y consumo de lechona de porc negre mallorquín ha caído aproximadamente un 20 por ciento estas Navidades respecto de las anteriores, según explican algunos criadores como Pep Martorell, de Santa Margalida, y corroboran fuentes oficiales de la Associació de Criadors de Porc Negre Mallorquí. La porcella es sin duda el plato estelar de la mesa navideña en Mallorca, y en especial la de raza autóctona. Este año ha sufrido dos inconvenientes que han propiciado que los resultados no fuesen del todo positivos para los criadores. Martorell explica que «se han criado muchos menos ejemplares debido a las inclemencias del tiempo en época de cría destinada a la Navidad y al azote de la sexta ola de la pandemia de COVID que, encima, ha reducido la demanda».

Un responsable de la asociación de criadores indica que «el cerdo es un animal sensible al frío y a la humedad. Es muy friolero, para decirlo coloquialmente». Se dio la circunstancia que el mes de noviembre fue muy lluvioso y ventoso. Martorell agrega que «el cerdo negro se cría en régimen de extensivo con una alimentación muy natural como garantía de la excelente calidad de la que goza su carne. Por ello las condiciones meteorológicas influyen en su crianza». La asociación de criadores incide en que «muchas camadas se perdieron por muerte de los lechones y otras, que sí han salido adelante. Han crecido muy lentamente. Eso ha propiciado que a los dos meses, aproximadamente, cuando se debían poner a la venta para el consumo navideño nos hayamos encontrado con menos ejemplares que ofrecer».

Pero lo que, en principio, podría haber sido un revés se ha visto amortiguado por un descenso de la demanda. Pep Martorell ironiza: «Mal de muchos consuelo de tontos, pero la verdad es que el descenso de la demanda ha atenuado el efecto psicológico de no haber podido servir por nuestra parte; aunque el resultado final es que hemos vendido menos». Desde la asociación de criadores destacan un dato curioso: «Muchas familias no se han podido reunir al completo debido a los casos positivos de COVID, pero se han hecho muchas ventas de medias lechonas.

Martorell dando de comer a una piara de ‘porcs negres’.

Lo habitual es pedir una lechona entera, especialmente las que se sirven ya asadas». El porc negre es una raza porcina mallorquina que cuenta ya con el logo de 100 por ciento producto genuino de raza autóctona que otorga el Ministerio de Agricultura. La asociación se encuentra en estos momentos recabando empresas cárnicas que quieran adherirse a este logo de calidad. La cabaña local cuenta con 1.300 cerdas en producción que sacan adelante una media de 6.000 lechonas al año, según la asociación.