Amador Antich y Laura Porcel han sembrado 18.000 Poinsettias en su vivero de Son Roig, en Sant Joan.

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Llega diciembre, se acerca la Navidad y en muchos lugares reluce una Euphorbia Pulcherrima, un nombre nada conocido pero que se ha hecho famosa como Poinsettia, flor de Navidad o de Pascua,… Ahora está en plena floración. Se trata de una planta arbustiva, originaria de Méjico que tiene la habilidad de cuando el día pierde horas de luz solar y aumenta la oscuridad, las hojas se vuelven rojas y hace esta floración roja, que coincide en pleno invierno y la Navidad. Posiblemente por ello tienen una gran demanda por estas fechas. A cobijo de los invernaderos del vivero de Son Roig, en Sant Joan, Amador Antich y Laura Porcel han sembrado éste año 18.000 plantas que estas semanas están vendiendo en los mercados de los pueblos donde acuden habitualmente.

La más común y que más se vende es la clásica, la de las flores rojas, aunque también hay quien opta por cambiar y se decanta por una de bicolor o más blanquinosa, aunque de estas variedades sólo cultivan entre 1.000 y 1.500, el resto son las rojas características.
Amador Antich comenta que las sacan a la venta después de Tots Sants y hasta el día 24 (Nochebuena). «Cultivamos variedades de ocho semanas y media que son las que llegan bien a la Navidad, pero lo que nos satisface más es que por Sant Antoni nos digan que todavía tienen la planta viva, que las flores son rojas».

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La Poinsettia es un arbusto de zona tropical, «hay que tener en cuenta que aquí tiene unas temperaturas adversas, tiene esta complejidad. Por ello, hay que trabajar con calefacción dentro del invernadero y con pantallas», explica Amador, quien incide en «quién pone una planta en el exterior se equivoca porque no soporta temperaturas de menos de seis grados». «Hay que tenerlas en el interior y en primavera sí que se pueden tener fuera, así, ellas, se pueden ir aclimatando y pueden llegar a vivir varios años. De hecho, en Mallorca las hay que aguantan», añade el cultivador.

Amador explica que las más solicitadas son las flores rojas.

Se trata de un cultivo complicado debido al frío. «Por las noches, dependiendo del frío ponemos la calefacción del invernadero para mantenerlas sobre los 12 grados. Además, debido al diferencial de temperatura les afecta la humedad, por ello, de día del invernadero abrimos los laterales para que se ventile y seque, así evitamos que las gotas de la condensación caigan sobre las plantas y las dañen, porque picarían las flores», explica Amador. Si las noches no son muy frías, la calefacción se pone entre las 6 y las 9 de la mañana ya que el amanecer es el momento más crítico y más frío.

En cuanto al cuidado, no necesitan mucho. Son como una especie de cactus, o sea, que no necesitan mucha cantidad de agua, aunque es difícil de precisar la cantidad exacta porque depende de muchos factores. Por lo que al precio se refiere, «intentamos mantener los mismos precios que el año pasado aunque haya habido un aumento de los costes». El precio oscila entre los 3 y los 10 euros, dependiendo del tamaño.