María González y Baris Dogonay posan en medio de una de las parcelas que cultivan en s’Hort d’en Conies. | Gori Vicens

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Cada vez son más los agricultores que se dedican a comercializar directamente sus productos al consumidor. Es también la opción elegida por María González y Baris Dogonay que gestionan la finca s’Hort d’en Conies, justo a la salida de Manacor en dirección a Porto Cristo.

Donde antes era la antigua vaquería de la finca agrícola han montado la tienda donde venden su producción, todo cultivado en ecológico.

Hace ocho años que María y Baris dejaron atrás sus ocupaciones para vivir y trabajar en y del campo. Arreglaron la antigua y típica casa de fora vila y empezaron a cultivar las seis hectáreas de terreno. Primero con cereales, legumbres y hortaliza de temporada, para posteriormente ir ampliando con animales (gallinas y cerdos) aunque la cosa no se quedará aquí.

Poco a poco irán ampliando la producción. El último paso ha sido abrir la tienda en la misma finca para vender los productos frescos, del día, a los clientes.

Estas semanas están recolectando toda la producción de verano: tomates, pimientos, cebollas, calabacines, pepinos, judías o maíz, entre otras variedades. Al mismo tiempo están sembrando para la temporada de otoño y principios de invierno. «Es una profesión sacrificada y que no da grandes beneficios, pero nos gusta mucho todo este mundo; por ello decidimos dedicarnos a ellos. Es vocacional. Nos encanta, y además estamos muy motivados con el tema de la agricultura ecológica», explican María González y Baris Dogonay.

Por el momento, de las seis hectáreas que disponen, «una la dedicamos a hortaliza y verdura, una y media a legumbres y otra y media más a cereales. También dejamos una hectárea y media en barbecho. De esta manera, vamos haciendo rotación de cultivo para mantener una buena salud de la tierra», explican.

La parcela dedicada a cereales va cambiando de cultivo según la demanda, destacando: xeixa, centeno (sègol) y espelta, entre otros. Cuidar y mimar mucho la tierra es su principal objetivo. «Que la tierra se recupere por sí sola, que esté equilibrada de microorganismos es muy importante. Si la tierra está bien cuidada, las plantas irán bien», inciden.

Su próximo paso en s’Hort d’en Conies es ampliar el número de árboles frutales para también poder ofrecer fruta recién recogida a los clientes.

«Tenemos algunos albaricoqueros y naranjos, pero en pequeña cantidad, casi para autoconsumo, por ello queremos ampliar este mercado», comenta ilusionada María González.

María y Baris apuntan que, en general, la suya no es una producción de mucha cantidad pero sí de calidad y todo ecológico. Emplean principalmente variedades locales, porque son más resistentes y las que mejor se adaptan a la tierra, y son las autóctonas.