Tomeu Martorell hace más de 20 años que se dedica a la cría de corderos.

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Trabajar durante meses alimentando ganado para consumo sin saber ni siquiera de forma orientativa si el criadero ganará algo «es un estrés difícil de llevar», afirma Tomeu Martorell, payés de Inca y presidente de la cooperativa local. Tomeu, a sus casi 60 años, observa con pesimismo el futuro del sector ovino al que lleva dedicado desde hace más de 20 años.

Martorell indica que «dedicarse a la cría de cordero en Mallorca es en estos momentos una cabezonería. Nos encontramos con múltiples problemas que harían desistir a muchos». Uno de ellos y que ahora mismo es preocupante es el precio de los corderos. Y es que «sencillamente no tienen precio. Estamos entregando los animales al mayorista para su sacrificio sin saber a que precio los vamos a cobrar», dice.

Precisamente el pasado jueves se produjo una reunión del consejo rector de la Cooperativa Pagesa d’Inca donde se abordó la preocupación de los ganaderos locales por el hecho de «que se lleve tres semanas sin que el cordero tenga precio», aseguran.

El criador sostiene que «lo que sorprende de esta situación es que el coste para el consumidor en el supermercado o en la carnicería está claro, por lo que no es comprensible que para nosotros no se fije uno». Por contra se puso de manifiesto durante la reunión de la cooperativa que «en la Península sí tiene precio e incluso va subiendo».

Alguno de los socios manifestó: «Los criadores locales no hemos sabido promocionar de forma diferenciada nuestro cordero y por ello no está valorado como debiera». Martorell no sabe cual es la solución y además es muy pesimista respecto a una unión del sector en una organización de productores que pudiera regular el mercado.

El pasado jueves la Cooperativa Pagesa de Inca trató la falta de precios.

«La mayoría somos mayores ya para iniciar empresas de esta envergadura y por otra parte, debemos reconocerlo, los mallorquines, y los payeses mallorquines más, somos muy individualistas», opina. Martorell agrega que «no sería tan fácil puesto que no producimos para cubrir la demanda existente por lo que nos encontramos con una fuerte competencia exterior».

Para el ganadero «un precio razonable sería de cinco euros el kilo en canal para corderos de entre 10 y 12 kilos». Explica: «De otra manera, los costes de crianza, aunque lo hacemos en extensivo, nos reducen el margen de beneficio de forma casi insoportable».
Lamenta que «hace un año, en Pascua, se nos prometió una ayuda por parte del Govern de seis euros por cada cordero. Fue por la dificultad de venderlos a causa del confinamiento y todavía no se ha pagado».

La cría profesional de corderos para abastecer el mercado es un sector en recesión en Mallorca, según opina el criador. «Hoy en día hay mucha gente que sólo tiene un pequeño rebaño de ovejas para limpiar su finca y nada más», sentencia.