Sa Pobla cuenta con los terrenos más adecuados para su producción. | Gori Vicens

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Con la vista puesta en la primavera, llegan a la mesa las primeras fresas de la temporada, un cultivo que en producción ecológica es un auténtico desconocido para la gran mayoría de agricultores de la Isla. En cambio, en agricultura convencional sí que es muy querida por el consumidor, principalmente la fresa que llega de Huelva, el punto de producción por excelencia de España. Para dar un impulso al cultivo en ecológico de esta fruta, la Associació de Productors Ecològics de Mallorca (Apaema) ha organizado un curso –virtual debido a la pandemia- para que los productores isleños conozcan de primera mano importantes aspectos –pros y contras- y se animen a cultivarlo.

La fresa y el fresón, al ser un alimento que no se puede pelar, sólo el lavado no es garantía suficiente para quitarle todos los tratamientos fitosanitarios que se le hacen en el cultivo convencional. Por eso, muchos consumidores tienen más confianza con el ecológico. Esa demanda ‘choca’ con algunos adversarios.

El técnico de Apaema Miquel Serra explica que «en Mallorca no termina de funcionar su siembra por el tipo de tierra que tenemos, que son muy arcillosas y con mucha cal, y la fresa quiere lo contrario, tierras arenosas, flojas, aireadas y frescas; con un PH de entre 6,5 y 6 y el que tenemos aquí está sobre el 8,5». Este factor condiciona la producción de fresas. «Una buena zona para su cultivo es en sa Pobla, donde la tierra tiene mucha piedrecita y eso ayuda a que sean aptas. Si interesara sembrar en otras zonas se tendría que estudiar el terreno», apunta Serra.

Miquel Serra, de la Associació de Productors Ecològics, explica los pasos a seguir para el cultivo de fresas en la Isla.

Otro de los problemas que se encuentra el productor es que se necesita una compleja instalación para su cultivo. «Para cubrir el máximo de temporada y obtener el máximo de producción estás obligado a cultivarla en el interior del invernadero. Hay muchos sistemas, con un microtúnel –por ejemplo- pero siempre tiene que cubrirse con plástico y la misma planta necesita hacerse encima de un acolchado de plástico, aunque también puede hacerse de paja o cáscaras, porque la fresa cuando toca el suelo si está en contacto con la tierra se pudre enseguida. En cambio, si tiene un material seco se conserva», añade Serra. Una instalación de estas características requiere una inversión económica elevada.

Por ello, con este curso impartido por Manel Tió, técnico y productor especializado en la siembra de fresa ecológica en la zona de Catalunya, se ha intentado poner en valor este cultivo que está en auge y poder minimizar la importación que se hace desde Huelva, donde hay la mayoría de plantaciones en convencional y algunas en ecológico. De fresas y fresones hay muchas variedades. Las hay que se plantan para que den fruto en primavera, que es la más habitual, pero hay variedades más tardías que permiten cubrir la temporada hasta septiembre u octubre. El plantel también procede de la Península, de zona fría, de Ávila.