Franz Kraus, en la terraza de Fet a Sóller, en el polígono industrial de Son Angelats, con una caja de exportación. | Redacción Part Forana

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El empresario, solleric de adopción, Franz Kraus, conocido en la Isla por la empresa agroalimentaria que ha llevado el nombre del Valle de los Naranjos por toda Europa, apuesta decididamente por la «investigación y la innovación para rentabilizar el campo mallorquín y sus productos y por tanto dar continuidad a la agricultura isleña que lejos de no tener futuro debe aprovechar las ventajas del clima y la calidad ecológica que no tienen algunos de nuestros competidores».

En lo que se refiere a los cítricos, sin duda el «caballo de batalla» de su empresa Kraus, últimamente ha sido noticia por haber registrado como marca una variedad local del valle, la Canoneta, «para cederla inmediatamente al Govern». El empresario no quiere volver a entrar en la polémica suscitada por esta patente que fue denunciada por la Asociación de Variedades Locales, y solo recuerda que «será en realidad de toda la sociedad balear aunque el Govern todavía no la ha aceptado formalmente porque resulta que la cesión gratuita de una marca por parte de una empresa es un hecho sin precedentes en Mallorca».

En un momento en el que las naranjas de importación han hecho caer los precios que reciben los productores locales, Kraus afirma que «el futuro de la naranja de Sóller, o de Mallorca, no es el consumo local sino la exportación de un producto natural, sin tratamientos artificiales y que es altamente apreciado en toda Europa». Según el empresario «nadie va a comprar naranjas de Mallorca para comer, o en todo caso este mercado será solamente testimonial». En el caso concreto de Fet a Sóller la exportación al norte de Europa «no hace más que crecer año tras año y en 2021 todavía tendremos más ventas que este año». La venta de naranja mallorquina en la isla para consumo directo «se acerca a cero kilos» afirma, «y esto será así hasta que el consumidor aprenda que una buena naranja no se debe valorar por su aspecto, no debe tener la piel encerada ni estar conservada por medios artificiales».

En lo que se refiere a las variedades que tradicionalmente se cultivan en Mallorca, Franz Kraus lo tiene muy claro: «el productor debe ser más profesional e intentar tener el producto que realmente pide el mercado. En este sentido Fet a Sóller ha puesto en marcha sus propios cultivos en el Valle. «En Son Puça hemos sembrado unos 2.000 árboles con variedades muy interesantes que ahora demanda el mercado como Sanguina, Amarga, Kumquat, Orthanique, pero también por supuesto Canoneta y vamos a plantar Peret para poder alargar la temporada». El futuro también pasa en su opinión por esta diversificación.
Por otra parte, Fet a Sóller ha apostado por la investigación e innovación. «Además de las mermeladas y productos tradicionales trabajamos mucho con productos elaborados con la piel de naranja, como condimentos, confitados o aromas. El secreto es aprovechar el cien por cien».