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Paseando estos días por fora vila, ¿quién no fotografía un sementer lleno de vinagrella? Pues esta ‘bella’ planta amarilla es una de las conocidas invasoras que dificultan la tarea diaria de los agricultores, junto con la juncia (Cyperus rotundus), la grama (Cynodon dactylon) o las calcides (Cirsium arvense). Son las que más problemas dan a los diferentes perfiles agrícolas.

La juncia y la grama es más frecuente entre hortalizas, los cardos un poco por todo y la vinagrella (Oxalis pes-caprae) es un problema para los cultivos en extensivo, principalmente para el pasto, porque las ovejas, según la cantidad que coman se pueden morir por efecto del ácido que segrega.

Pero hay que ir con cuidado con demonizar las hierbas que crecen entre los cultivos. Son de ayuda por muchos motivos, pero cuando ponen en peligro la viabilidad económica del cultivo es cuando reciben el nombre de «malas hierbas».

En agricultura ecológica no se usan herbicidas, por ello hay que buscar alternativas para eliminarlas. La Associació de Productors Ecològics de Mallorca (Apaema) ha organizado un curso a través de internet para conocer algunas de las técnicas a usar. Los expertos en malaherbología, Joaquín Aibar y Josep Maria Llenes fueron los ponentes.

Miquel Serra, técnico de Apaema.

La juncia sale en los huertos durante las primaveras y es un familiar muy próximo de la chufa. Es una invasora que puede tener efectos tremendos, dificultando mucho las tareas en hortaliza. En Mallorca es muy frecuente en las zonas más húmedas. «Hace como un entramado de raicitas subterráneas y supone una competencia de primer orden porque es muy potente, pasa delante de todo. Incluso a un acolchado con plástico lo perfora sin problemas», explica el técnico de Apaema, Miquel Serra.

«Lo que se tiene que hacer con estas plantas es dificultarle sus condiciones ideales, molestarle mucho la vida e intentar controlarlas», comenta Serra. Por ello, una técnica importante es intentar desenterrarlas y voltear la tierra de manera que todos los bulbos o chufas pequeñas queden fuera, expuestos al sol del verano, que es lo que más daño les hace. Esta es una de las técnicas que los profesores Aibar y Llenas aconsejaron a los seguidores del curso.

Otra opción es hacer barbecho. Cuando lo trabajas, en el momento que la mala hierba sale la vas picando y le quitas energía. Esta fórmula funciona para la vinagrella. «Una manera es rotando, cambiando el tipo de cultivo cambias las tareas que haces y eso la desbarata; o bien aumentado la densidad del sembrado para ahogar la vinagrella, así cuando quiere salir ya se encuentra con las plantas que le hacen mucha sombra y le ganan», explica Miquel Serra.

La vinagrella llegó de Sudáfrica a Menorca en 1920 y en un principio la tenían como planta ornamental, aunque se expandió a Mallorca posiblemente a través de los terrenos de los cítricos del valle de Sóller. Así como es una planta competidora en extensivo, combinada con cítricos es muy buena porque protege la tierra durante el invierno. No es ninguna competencia con el naranjo y le ayuda a conservar la humedad. Tampoco es un problema con algarrobos u olivos, porque a partir de marzo se va secando.