Tras unos años entregado a la explotación y venta agroalimentaria en varias fincas de Son Macià, ha vuelto a su pasión por las abejas e imparte cursos. | Redacción

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Jaume Pou Sureda (Son Macià, Manacor, 1988) abandonó hace dos años la explotación de varias fincas en Son Macià en las que cultivaba hortalizas ecológicas que luego vendía en diferentes mercados, como el de la plaza ‘dels Patins’ de Palma.

La razón de este cambio se encuentra en su pasión por la apicultura, «algo que ya amaba antes de dedicarme de lleno a las hortalizas, cuando tenía 22 años, y que ahora con 31 años me puedo dedicar de lleno», explica.

Además de producir la miel de es Coll des Vent se encarga de impartir los cursos de apicultura que organiza Unió de Pagesos y que están financiados por Fogaiba, el Ministerio de Agricultura y los fondos FEDER de la Unió Europea. El último se celebró el pasado fin de semana en la zona verde del Serral de les Monges de Inca. A nivel de iniciación participaron diez personas, aunque había lista de espera de interesados que no pudieron participar a causa de las limitaciones de aforo por la pandemia.

Jaume Pou considera que estos cursos «son como un proceso de aprendizaje que intentamos desarrollar a lo largo de unos cuantos años». En este curso de introducción «repasamos a nivel global el mundo de la apicultura, pero también realizamos una clase práctica en la que los alumnos tienen la oportunidad de conocer de cerca la apicultura. Mi mayor obsesión es que pierdan el miedo de culejar con las cajas de abejas porque es lo que les aportará experiencia y conocimiento». En sesiones más avanzadas, Jaume imparte clases para la cría de reinas o de autosuficiencia. Sobre el auge que ha experimentado la apicultura en Mallorca durante los últimos años, Jaume afirma que «lo que más me sorprende es que la cantidad de gente joven que se quiere dedicar a la apicultura, aunque sea como aficionada, y el interés que muestran».

Resalta las ventajas que puede aportar una instalación apicultora en una finca agrícola y explica que «hay quien quiere tener abejas en sus cultivos para que realicen la polinización, mientras que hay quien quiere tener miel de producción propio o incluso personas que se sienten bien simplemente conviviendo con las abejas». De lo que está convencido es del «beneficio medioambiental que aportan las abejas a cualquier explotación agrícola, siempre teniendo en cuenta el equilibrio natural que debe haber en cualquier hábitat».

En cuanto a los problemas que se suceden en relación a la muerte masiva de abejas, sostiene que «se debe a múltiples factores más que a uno solo. De todas formas, la globalización que conlleva parásitos muy perjudiciales y los efectos del cambio climático son dos de los más importantes». La producción de miel que Pou logra se destina a la venta propia en la finca de Son Macià y al pequeño comercio. Junto a otra apicultora está preparando una sala de extracción y un taller en Son Macià.