Pep Servera siembra azafrán y además da a conocer este tipo de cultivo que crece mejor en terrenos calcáreos permeables. | Gori Vicens

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El cultivo de azafrán en Mallorca es más bien testimonial si lo comparamos con las grandes producciones que se alzan en la zona de La Mancha, donde está protegido por la Denominación de Origen (DO). Estos días ha finalizado la recolección en una de las fincas que lo siembran, en el centro de la Isla, en la zona de Inca. A finales de octubre es la época más idónea para su recogida.

En Mallorca mayoritariamente ha habido la costumbre de practicar una agricultura de subsistencia, no olvidemos que los payeses eran los primeros consumidores de sus propios productos; sembraban de todo un poco para intercambiar, para consumo propio, para venta a pequeña escala e incluso para exportar. Entre las especias, tenían mucha importancia el pebre bord para la elaboración de la sobrasada y el azafrán para los guisos.

Ahora, después de un tiempo olvidado, se ha vuelto a poner de moda el azafrán, y de cada día son más los agricultores que lo siembran. Incluso algunas entidades como APAEMA organizan cursos para dar a conocer y extender su cultivo. Paralelamente, muchos particulares que cuentan con una parcela entierran los bulbos para consumo propio. Es el caso de Pep Servera que siembra y da a conocer este cultivo. «También puede crecer dentro de una maceta en una zona soleada de la casa. Es una planta buena de cuidar y saca una flor muy aromática y bella», comenta. «Los bulbos se pueden tener un par de años sembrados en el mismo lugar, aunque cada cuatro años conviene arrancarlos, separando los nuevos y reempezar el ciclo». Es una planta muy resistente, siempre que esté en terrenos bien drenados.

Pep Servera.

Servera explica que el azafrán prefiere terrenos calcáreos permeables, ligeros, de baja densidad, bien regados y drenados con un alto contenido de materia orgánica.

Tradicionalmente los terrenos donde se plantará azafrán se preparan con de 20 a 30 toneladas de adobo por hectárea. Desarrolla un bulbo subterráneo del que nacen unas hojas alargadas como cintas y unas flores con seis pétalos violáceos, tres estambres y un estilo dividido en tres hebras de un rojo intenso. Estas hebras es lo que se aprovecha para la elaboración del azafrán. Después de un período de reposo durante el verano, los bulbos hacen salir las hojas y florecerán por Tots Sants.

Los bulbos se plantan en julio y agosto a un palmo de profundidad y separados 10 centímetros. Es de secano y sólo se riega en marzo y septiembre.

Las flores nacen en octubre y salen al alba, y así como va transcurriendo el día la flor se marchita. La floración dura entre una y dos semanas. Cada bulbo puede dar de 5 a 15 flores y después queda adormilado hasta la próxima cosecha.

Aproximadamente 150 flores juntas proporcionan un gramo de azafrán secado. Para conseguir un kilo son necesarias 150.000 flores.