Pere Antoni Company es la tercera generación de una familia dedicada a la agricultura. | Gori Vicens

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Es Bosc Vell es una finca situada entre Petra y Son Serra de Marina, destinada principalmente a la ganadería y al cultivo de forrajes y cereales para uso animal. Se trata de un terreno de call vermell pero muy rocoso que desaconseja según qué cultivos. Pero, para sacar rendimiento a las 400 cuarteradas de terreno han apostado por la ganadería, con una explotación de 1.600 porcs negre, 600 ovejas y 40 vacas, todo de razas autóctonas y destinadas al consumo cárnico.

Pere Antoni Company es la tercera generación de una familia dedicada a la agricultura que gestiona la explotación. En comparación con la época de sus abuelos, afirma que para dedicarse a estos menesteres y que los números salgan «antes podías ser agricultor, ahora tienes que ser empresario agrario». Por ello ha estudiado Ingeniería agrónoma y un máster en administración de empresas. Este joven agricultor es socio y gestiona el grupo familiar de Can Company.

Para que la manutención y cuidado de todas estas cabezas de ganado sea más rentable y al mismo tiempo sacar un aprovechamiento a una extensión tan grande, producen cereales tanto para consumo propio como para la venta a terceros. «Producimos cebada, avena, morcajo (mestall), algunas variedades de trigo (de xeixa, por ejemplo), habas, favor, entre otras cerealísticas, todo productos autóctonos; siempre hemos apostado por un producto diferenciado, de calidad, con razas y variedades locales porque creemos que es la única manera de diferenciarnos», explica Pere Antoni Company.

Tiene claro que no se puede competir con lo que llega de fuera, sea de la Península u otros lugares, sobre todo por los costes que suponen la insularidad. De ahí que se apueste por la calidad. Y eso el cliente lo agradece y de cada vez más.

Pese a su juventud, Company tiene muy claro que la agricultura mallorquina tiene futuro pero que éste «pasa por diferenciarse del resto; si quieres hacer lo mismo que hacen los demás no puedes competir por el precio, pero si con la calidad».

Para que la finca todavía sea más productiva, hay que adaptarse a las demandas del consumidor y apostar por otras actividades complementarias a la principal. Así, ahora apuestan por la modalidad de venta directa –con una página web potente (www.cancompany.es) y un buen márqueting –que tan de moda se ha puesto con la pandemia sanitaria–. Además de ofrecer un nuevo servicio al cliente, Company destaca que se reducen considerablemente los costes al no haber intermediarios. «Este confinamiento nos ha abierto los ojos para ver que el agricultor puede llegar directamente al consumidor final y es muy bueno para ambas partes».

En Can Company ofrecen toda la rueda del proceso, desde sembrar los cereales, pasando por la fábrica para la elaboración de harina (la que comen los animales que tienen) y acabar el ciclo con la fábrica de embutidos, donde la elaboración de la sobrasada es el producto estrella. También se puede visitar la finca, con unas casas de possessió muy antiguas y una degustación de sus productos.