«Tenemos 2.500 olivos de la variedad arbequina y cítricos, algarrobos, almendros, árboles frutales...», describe Marta destacando que la gran ventaja es su orientación al sur, «lo que implica que la curva del sol es aprovechada por los olivos todo el año, además la montaña de Bonany preserva de aires fríos, el suelo franco-arcilloso es ideal para el cultivo de olivos y la calidad del agua de riego de una reserva hídrica lejos de cualquier contaminante».
Sin duda una combinación perfecta para un aceite de alta calidad. Pero lo que más acentúa Marta es que el tipo de cultivo sea ecológico, que en su filosofía empresarial pasa por respetar el entorno: «No perseguimos una optimización de la producción sino una producción media anual para no agotar a arboles ni tierra. No somos hippies, sino empresarios con consciencia medio ambiental».
En cuanto a la crisis sanitaria –un nuevo golpe para el sector agrícola–, Marta no está convencida de que desde las instituciones se esté recibiendo el apoyo necesario y cree que para una mejora clara del sector debería «haber una promoción internacional que hable con orgullo de la calidad de nuestros productos» y añade que «prohibiría la entrada de productos agrícolas de otros países por debajo el precio de coste evitando mantener la miseria de estos países y de nuestros payeses, porque el payés necesita justicia, no caridad». Y ve necesaria una «apuesta fuerte de las instituciones del producto local. En Mallorca hay suficientes hoteles y restaurantes para que lo que producimos se consuma aquí».
Cualquier persona interesada en los productos de Oli Novembre debe saber que no están presentes en grandes superficies, «apostamos por el comercio de proximidad, por el pequeño comercio, por personas o empresas que nos conocen y son capaces de transmitirlo al consumidor. También trabajamos con el sector Horeca, con aquellos que han entendido que apostar por productos de Mallorca no es un coste, sino calidad».
Por tanto la marca de Marta y Guillem está presente en mercados de productos ecológicos y en las mesas de algunos hoteles que buscan ofrecer calidad de Mallorca. Finalmente, Marta deja una reflexión para la concienciación del consumo del producto local: «Para la mayoría de consumidores aún es una cuestión de precio, pero hay que preguntarse por qué ese producto es tan barato. Una vez leí –y estoy de acuerdo–, que hay más política en una cesta de la compra que en las urnas...» concluye.
2 comentarios
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producció local i consum local, no hi ha més a discutir. Transportar aliments a 10.000 km no té cap sentit, no és ecològic ni just pels pagesos
Gran publicista cero patatero como agricultor empresario si Vds con 2.500 olivos y encima ecológicos después de podar labores en el suelo recoger la aceituna prensarla envasarla y pagar impuestos son capaces de vivir por debajo de sueldo mínimo son los mejores economistas tres litros por árbol d produccion anual durante 10 años es un éxito su facturación maxima no llega a 75.000€ busquen profesionales por favor