Antoni Bonafé, en un campo de almendros, recuerda la importancia de que se reconozca la calidad del fruto de la Isla. | Redacción Part Forana

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Antoni Bonafé es el presidente de la Indicación Geográfica Protegida de la Almendra de Mallorca. Tanto como presidente, como agricultor, Bonafé ve en la almendra de Mallorca la esencia de toda la Isla. Su vida siempre se ha desarrollado en torno a la agricultura «gestionando y explotando fincas de mi propiedad o de alquiler o aparcería. Soy nieto e hijo de payeses, siempre vinculado al campo», explica.

Cualquier pregunta sobre la almendra da buena cuenta de la pasión de Bonafé por este fruto y por el organismo que preside. En 2014 la Unión Europea otorgó a la almendra de Mallorca la IGP, un importante «respaldo», aclara Bonafé que añade que «dada la dificultad por la Xylella fastidiosa, es fundamental la IGP para conseguir la máxima difusión y protección de la almendra: representando, defendiendo, dando a conocer sus características y promoviendo el consumo. Por eso, la IGP de la Almendra de Mallorca es un organismo que se preocupa por su calidad y por la visibilidad, asegura su presidente. Un Consejo Regulador en el que están representados «productores, almacenistas, rompedores, peladores, envasadores, tostadores, y explotaciones agrarias con plantaciones de almendros. Todos con el mismo fin: el reconocimiento de la calidad y el fomento del consumo con las garantías y los controles de calidad».

Antoni Bonafé dirige sus esfuerzos en su legislatura: «dar a conocer al público en general sus cualidades excepcionales, consiguiendo un mayor consumo, y eso en beneficio del agricultor que pueda ver sus rentas mejoradas, de esta manera podrá hacer frente a nuevas plantaciones e inversiones».

En palabras de Bonafé, la Almendra de Mallorca se describe así: «la climatología y el suelo le confieren unas diferencias morfológicas y organolépticas características: el aroma, el sabor y el perfil de los aceites grasos, la convierten en una almendra única con múltiples posibilidades culinarias. El turrón, el gató, la llet d’ametlla y el tambor d’ametlla, no serían lo mismo, no lo son con almendras de fuera, pruebe a hacer una gató con almendra californiana y verá…»

Además de la Xylella fastidiosa, no podemos obviar que la crisis sanitaria también es un duro golpe para el sector, y la almendra mallorquina ha reaccionado: «Mal. Se ha asimilado la almendra a un producto de lujo, y las ventas a particulares y empresas descendieron mucho. Si añadimos el cierre del canal HORECA, imagínese el panorama, todo esto está parado» concluye Antoni con tristeza.

Finalmente Bonafé cree en la necesidad de implicar a: «sociedad y administraciones con el objetivo de abordar y acometer restructuraciones de las plantaciones gravemente dañadas por la Xylella fastidiosa».

Además, el presidente de la IGP explica que el sector ha demandado la constitución de la Mesa Sectorial de Fruits Secs.