La empresa aceitera de Sant Joan elabora una media de entre 4.000 y 5.000 litros de oro verde cada año. | Gori Vicens

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La crisis que lo ha paralizado casi todo y ha dejado mella también en los pequeños productores de aceite. Cuando se presentaba una buena temporada y con una cosecha más que aceptable a punto de embotellar, llegó el frenazo. Así como otros sectores agrícolas dedicados a frutas, verduras o animales han podido ir sacando sus productos, la venta de aceite ha caído en picado y todavía más quienes tienen enfocada su distribución a restaurantes y locales selectos o gourmets.

Es el caso del aceite 7Empelts, con una elaboración anual de entre 4.000 y 5.000 litros. Forma parte de la DO Oli de Mallorca desde el 2015. Marc Jaume Adrover explica que «los pequeños productores siempre vamos a remolque, y en una situación como esta las pérdidas son mayores; solo hemos sacado un 25 % de la producción». Además –añade- se acerca la próxima recogida y los depósitos continúan llenos de aceite apunto de envasar.

Con la apertura escalonada de restaurantes, una posible salida para este aceite es la venta en garrafas para uso en la cocina «para que ya te traigan la ensalada aliñada, por ejemplo», comenta Marc Jaume, ya que de momento no es posible que los botellines estén sobre las mesas. «Nuestra idea, al ser una producción pequeña y de calidad, era no entrar en el mercado de las grandes superficies, sino más bien distribuirlo en tiendas de los pueblos, donde venden productos locales de la isla, locales gourmet y restaurantes, y lo estábamos consiguiendo; ahora nos lo tendremos que replantear para sacar el stock que tenemos», explica.

Negocio familiar

7Empelts es un negocio familiar, por hobby, pero que en los 10 años que lleva la plantación ya tienen sembrados unos 2.000 olivos, en la finca de Horteta, en Sant Joan, cerca de Montuïri. «Empezó mi suegro con 700 juntamente con otro socio que posteriormente lo dejó, luego sembramos 500 más y así hasta la plantación actual, formada en un 80 % por arbequina y un 20 % de picual, para dar un pelín más de gusto al aceite; el arbequina es más suave y con el picual lo equilibramos», explica Adrover que desde hace 5 años se encarga de la explotación.

Esta próxima temporada –dice- por lo que a la oliva se refiere será «bastante buena, mejor que el año pasado y mucho mejor que hace dos años». La parte más preocupante de la nueva producción ha pasado: los olivos ya han tirado la flor –no han perdido mucha, dentro de lo normal- y las aceitunas ya están cogiendo forma, «de ahí que esperamos sea una buena añada».

Marc Jaume Adrover piensa ya en la próxima temporada. Da ésta por perdida. «Si la gente nos portamos bien, el próximo año por Pascua –cuando empieza la temporada turística- podremos volver a empezar», sentencia.