Pere Sureda realiza un injerto. | Gori Vicens

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La comercialización de la algarroba mallorquina está en auge estos últimos años. Pero, para sacar un producto de calidad, es muy importante una buena base. En este caso, tener unos algarrobos muy bien cuidados.

La Associació de Productors d’Agricultura Ecològica de Mallorca (Apaema) ante la falta de algarrobos para injertar, ha iniciado un proyecto que prevé el esqueje de 2.000 árboles en un período de tres años, y al mismo tiempo, también crear un banco de germoplasma de variedades locales. Es decir, además del esqueje, podar los árboles de diferentes variedades para tener mudas y poder injertar después los árboles jóvenes con éste material.

Para desarrollar este proyecto, Apaema aporta al agricultor el trabajo de injertar en todas aquellas fincas que cultivan en agricultura ecológica que lo soliciten. El técnico Pere Sureda que también es podador e injertador realiza las tareas. Cuenta con el asesoramiento y la colaboración de los también profesionales Bernat Cañellas y Bernat Ramis, así como del viverista Joan Crespí, que desempeña una labor muy importante como multiplicador de esquejes de algarrobo dentro de un vivero. Crespí se postula como un referente en este cultivo y como proveedor de árboles jóvenes.

Sureda explica que ya llevan un buen número de árboles injertados, aunque queda mucho trabajo por hacer en las próximas temporadas. «Este año nos hemos encontrado con árboles jóvenes, de pocos años, y que estaban en su punto para ser injertados; pero también con otros que ya eran muy viejos, que tenían mucho ramaje y una gran copa; a éstos los hemos coronado para después realizar el esqueje y ha sido un poco más laborioso», explica.

Este proyecto, a iniciativa de Apaema, está financiado en un 60 % por la entidad y en un 40 % por Mallorca Preservation Foundation (MAPF); ambos colectivos participan en varios proyectos conjuntos de agricultura ecológica.

Rendimiento

Aunque variedades con las que se pueden injertar hay varias, Sureda trabaja con las que presentan un rendimiento por encima del 15 %, como son las de bugadera (considerada una gran variedad al hacer muchos kilos de algarrobas y muy habitual en la zona de Llucmajor); la d’en Pau (muy conocida y usada en la zona de Santa Maria, da buen rendimiento y, además, en el momento de podar el árbol, los troncos se colocan muy bien) y duralló (también muy habitual en el Raiguer y muy productiva). Son tres variedades hembra y necesitan polinizadores masculinos. Por ello, también utiliza la des mestre. «Ésta es un hermafrodita que sirve para polinizar y a la vez también produce algarrobas», explica Pere Sureda.

En cuanto al material de germoplasma, en estos momentos se está creando el banco de donde poder servirse en próximos años.