TW
0

Tots Sants en una fecha importante dentro del calendario agrícola. Entre otras, marca el inicio de la recogida de los boniatos (o moniatos), un tubérculo comestible, de forma alargada y de color marrón por fuera, mientras que por dentro los más comunes son el blanco y el amarillento, pero también los hay de rojizos.

Eso bajo tierra, porque en el exterior es una planta trepadora de tallo rastrero y ramoso, con hojas alternas acorazonadas, flores grandes y acampanadas, rojas por dentro y blancas por fuera.

Jeroni Gomila (Gotlet) cultiva y vende boniatos. Lo hace a partir de un plantel y el proceso dura meses. Empieza en marzo, el primer viernes de mes. Los siembra a partir de los boniatos que sobran de la campaña anterior o los que están dañados por los arados cuando los sacan hace el plantel. «Extendemos una capa de tierra, una de paja y otra de tierra que tape los boniatos para facilitar que los brotes puedan salir», explica.

El proceso continua en el mes de mayo. En el terreno se hace un surco y se siembran a mano cada uno de los brotes, que, al cabo de un tiempo, hacen rama. Esta se va cortando para que sólo queden cuatro o cinco nervios (brotes). Y, son estos brotes los que luego se siembran otra vez dentro de surcos y hacen la producción de los boniatos.

Cada brote suele hacer un manojo, entre 4 y 7, aunque siempre hay excepciones. Los hay más pequeños, más grandes y algunos que son sólo raíces y se apartan.

El factor climatológico

Están sembrados hasta Tots Sants, aunque dependiendo de la climatología se puede avanzar unos días la extracción. Por ejemplo, si llueve mucho no es fácil sacarlos, «lo tenemos que hacer con una horca», explica Jeroni. Mientras que si el terreno está húmedo, con un arado con forma de ‘corazón’ va muy bien, ya que hay que ir con mucho esmero para no dañarlos. Estos están enterrados a unos 30 centímetros de profundidad (un palmo y medio aproximadamente). Una vez fuera, se le quita la tierra que llevan pegada. Incluso, algunos clientes los quieren bien limpios.

El boniato, para hacer buena producción, quiere que la tierra sea fuerte, call vermell es la mejor, comenta Jeroni que «cuanto más dura y compacta, más crece la planta». En cuanto al cuidado, pues, después de sembrado hay que ir labrando superficialmente, con una xapeta le van acercando tierra, quitando las hierbas y dándole mucha agua –riego por aspersión, en este caso-, ya que es una planta que se hace en verano y necesita líquido.

La planta exterior se va extendiendo necesita menos agua, ya que ella misma hace sombra y el terreno queda más humedecido; aunque, apunta Jeroni, no hay que dejar que se expanda demasiado, ya que si crece demasiado y toma toda la alimentación, los boniatos –bajo tierra – no crecen.

En este caso, la producción, siempre es una incógnita. A diferencia de otros productos como los pimientos o tomates, que puedes ir siguiendo la evolución, los boniatos, hasta que se los sacan no se sabe cómo son ni la cantidad que hay.