El experto Joan Monserrat y el técnico Andreu Oliver impartieron un curso sobre este fruto. | Redacción Part Forana

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¿Sabían que hay bellotas dulces y que son muy nutritivas para el cuerpo humano? Pues aunque su consumo haya caído en desuso y desde hace décadas se emplee mayoritariamente para alimentación animal, siglos las bellotas atrás fueron muy importantes en la alimentación humana. De hecho, se cree que ya se empleaban antes de que se utilizaran los cereales para hacer harina.

Ahora se quiere volver a poner en valor su consumo. Para ello se están realizando estudios. La Associació de Varietats Locals ha organizado un curso de formación sobre el uso y variedades dulces como alimento. Impartido por el experto Joan Monserrat, que en Tarragona lleva a cabo el proyecto Viver Balanotrees, y el técnico agrícola mallorquín Andreu Oliver, Mallorca es de los pocos –por no decir el único lugar del mundo donde encontramos encinas injertadas, método que ya se utilizaba hace varios cientos de años. Por ello el interés para el proyecto de prospectar diferentes variedades dulces, para poder revalorizarlas como alimento.

Joan Monserrat explica que en la isla «no somos conscientes del gran patrimonio que tenemos en cuanto a variedades de encinas y bellotas». Que se tengan ya contabilizadas, de variedades locales dulces hay la de la monja Riera, de la campaneta, d’en Pere Andreu , de l’avellaneta y castanyenca. Además, incide en que «cuando las siembras o injertas lo haces pensando en varias generaciones futuras, porque crece muy poco a poco; necesita mucho tiempo para desarrollarse, empezando a producir a partir de los 10 años».

Parte del curso se ha desarrollado en la finca de Son Catiu (en el centro de la isla) con encinas de entre 200 y 400 años de vida, donde las bellotas –incluso las verdes son dulces, muy sabrosas. La tradición dice que se recogen por San Tomás y que se tienen que extender dentro de una sala bien ventilada, y cada cierto tiempo hay de removerlas para que no humedezcan.

Diferentes usos

Joan Monserrat explica que en muchos países ya le sacan un buen provecho a la bellota dulce, principalmente harinas, postres, pastas, y en Extremadura elaboran cerveza. «La zona de origen de la encina es muy extensa, América Central, el Mediterráneo y Asia. Antaño era el primer alimento de base alimentaria como sería el cereal después», comenta.

Los estudiosos consideran que la bellota desde hace años ha sufrido mala propaganda. Hay quien considera que comerla es de bárbaros o de gente pobre, que es un alimento para animales. Por ese carácter marginal que se le ha dado se ha ido perdiendo su consumo; aunque estudios más recientes indican y recomiendan las excelentes propiedades nutricionales que tiene para los humanos.