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El Ministerio de Agricultura ha vuelto a autorizar el uso de polisulfuro de calcio para las viñas. Se trata de un producto contemplado en el Reglamento de Agricultura Ecológica, de gran eficacia como tratamiento de invierno para prevenir y/o combatir algunas enfermedades en cultivos de hoja caduca. Por motivos administrativos y burocráticos, y no técnicos, la viña hace unos años había quedado fuera de este uso y últimamente sólo se podía utilizar en melocotonero, cerezo, albaricoquero, manzano o peral. Ahora, y después de unos trámites administrativos, su uso ha vuelto a ser autorizado para la viña, siendo una muy buena noticia para los viticultores ecológicos.

El polisulfuro de calcio es un derivado de la formulación de azufre y cal. Se usa en tratamientos de invierno y se realiza cuando los árboles están dormidos, como por ejemplo ahora en diciembre. Es un producto óptimo para luchar contra una serie de insectos que pueden dañar las plantas, el poll de Sant Josep , el piojo más común, o la aranya roja. También se utiliza como fungicida preventivo.

Miquel Serra es técnico de la Associació de Productes Ecològics.

Desde la Associació de Productors Ecològics de Mallorca (Apaema), cuando se suspendió su uso, consideraron que «constituye un desamparo o indefensión para los que producen viña, ya que este producto era muy usado como tratamiento de invierno y más si ha sido un año de mucho cotonet o cendrada –este último un hongo que afecta mucho a las viñas. El polisulfuro de calcio es muy útil para hacer una buena limpieza», explica el técnico de Apaema Miquel Serra. Por ello, cuando se suspendió su uso, Apaema presentó una petición al Ministerio de Agricultura alegando la no justificación técnica de la prohibición del polisulfuro en la viña.

Las Islas Baleares y concretamente Mallorca están apostando fuerte por la reconversión de viña a producción ecológica, siendo de 670 hectáreas, en 2018, las inscritas en el Consell Balear de mos fúngicos patógenos que a plagas animales, siendo las principales en las Islas: Plasmopara viticola (Mildiu), Uncinula necator (Oídio) y Botrytis cinerea (Podredumbre gris).

El nivel de daño sobre el cultivo de la vid está muy condicionado por las condiciones climáticas; cuando estas aparecen como las ideales para el desarrollo de la enfermedad la inhibición de altas tasas de esporulación depende del éxito en los tratamientos preventivos (derivados de azufre y bicarbonato potásico) autorizados.

Por su naturaleza, estos tratamientos no tienen la misma eficacia que algunos fitosanitarios de síntesis. Por ello, el técnico Miquel Serra celebra que de nuevo se hayan autorizado los tratamientos invernales con polisulfuro de calcio porque «cumplen con esta función y contribuyen a un mayor grado de sanidad vegetal de la viña».